Algunas veces pienso que no se recupera lo perdido y añoro una tarde de verano de hace varios años atrás.
No fue la tarde en realidad, sino un momento que ésta me regalo.
Aún percibo el olor del vapor de agua mezclado con sales de baño aroma juventud-inocencia-amor.
Y siento mi piel tan fresca, casi suave como una caricia.
Con sabina sonando bajo y el sol colándose por la ventana: esquivando la cortina, iluminando el espacio.
Sintiéndome jovial, certera de futuros de grandeza y fuerte para enfrentar retos, cualquiera sea el desafío.
Y el relax de una vida por delante...
Si me preguntan qué es la felicidad... diría que sabe a juventud sin estar atada a la edad real...
Condimentada con la picardía de la inocencia y la pasión del amor...
Y es sentirse liviano y suave como la luz, casi cercano a Dios...
La felicidad es autoestima al cuadrado, relax, paz interior...
Un momento en pausa del que tú posees el control remoto.