érase una vez un grupo de isleños-chilenos deseosos de contar una historia sin más ambición que contar una historia tenían esa historia sobre personas y lo complejo que es vivir la vida vivir hasta que se acaba la historia buscaron los contactos buscaron los actores consiguieron una actriz y empezaron a grabar alegre e inocentemente De pronto apareció el de cine director que empezó a dirigir y era tan isleño-chileno como ellos pero con gusto sofisticadamente isleño-chileno y la película sobre la vida se concentró en un juego de luces sobre una tetera que hierve y la actriz que sirve un té la modesta ambición de mostrar lo complejo a través de lo complejo fue abducida por la inmensa ambición de mostrar lo complejo a través de lo nimio cosa que nadie entiende pero si dices que no entiendes, eres poco sofisticado pecado capital del código penal de la Isla intelectual de Chile
Texto agregado el 04-07-2006, y leído por 134 visitantes. (2 votos)