No es difícil crear una editorial, es la cosa más fácil del mundo:
Primero averiguo si existen imprentas en el país que puedan imprimir libros. Averiguo el precio de impresión de un ejemplar, el precio de diez ejemplares, de cien, de mil y de diez mil. Si existen imprentas en el país y el costo de impresión no es muy alto (debo igualmente averiguar cuánto me puede costar a mí imprimirlos y encuadernarlos yo mismo) – debo calcular el precio de cada libro al por mayor, porque es el precio al que vendo a las librerías. La diferencia entre el costo y el precio al por mayor es la ganancia de la editorial -. Luego busco escritores, originales, desconocidos, que tengan talento. Y este punto es importantísimo: debo ser capaz de reconocer el talento que sé que otros igualmente disfrutarían. Si me parece que un escritor tiene mucho talento y sé que es publicable y que a la gente que lee le gustaría, es decir: que sé que vendería (pero no por popularidad, sino por talento); hablo con el escritor o con la escritora y le digo que me gustaría publicarlo y hago un trato con él (ella) – ojo: esto es para crear una editorial. Otro punto importantísimo que creo que no se practica en Venezuela consiste en que la editorial publique por géneros, debe por lo tanto la editorial abrir géneros – Si el escritor o la escritora acepta imprimo diez libros, diez ejemplares de un material X del escritor elegido y sacaría el libro con no más de cien páginas. Una vez impresos los diez ejemplares me dirijo a la librería más elitesca del país ¿Por qué elitesca? Porque una élite es un grupo de gente que mejor disfruta de algo. Para decirlo de otra manera: hay gente que lee porque lo disfruta y por lo tanto saben reconocer la buena escritura, la que posee talento; y hay otra gente que solo lee por recomendación o publicidad, pero no son capaces de distinguir si algo les gusta o no. Una librería elitesca es una librería a la que va gente con gusto por la lectura, que busca, y que sabe distinguir con una ojeada si algo que lee le gusta o no; un lector de estos es alguien que sabe reconocer el talento, que lee porque le gusta, porque le gusta el talento, y como reconoce el talento ya tiene gusto por el talento (a esto me refiero con “reconoce el talento”) ¿Por qué elitesca? Porque es más fácil que a varias personas les guste algo que tiene talento que algo que no tiene talento. Y, si me parece que algo tiene talento quizás recomiendo o al menos hablo de ello… hay que zafarse de la mentalidad de favorecer a amigos. Por ello es preciso buscar los mejores textos por género independientemente de saber quién es el autor o los autores… lo que importa es la obra, no el artista.
Entonces tengo diez ejemplares del mismo material de un escritor cuya escritura tiene talento y me dirijo a la librería más elitesca y entrego los diez ejemplares a consignación.
Si me llaman de la librería luego pidiendo más ejemplares, saco varias impresiones más (pocas) y se las entrego a la librería. Si me vuelven a llamar saco más ejemplares y comienzo a pensar si pedirle más material al escritor, le recomiendo que por un tiempo no publiquemos más material, que esperemos a que el primer material publicado se haga más popular, se consolide y luego, posteriormente, se imprime poco a poco lo demás del material de ese escritor y comienzo a ir buscando más escritores con talento, cosa que no debería ser difícil si la editorial está abierta a recibir todo tipo de material. O comienzo a pensar en sacar una antología por género compuesta de distintos autores. O comienzo a pensar en publicar a otro escritor… quizás el primer año sólo publicaría un autor, el segundo año (caso de éxito) sacaría una antología de varios autores (para darlos a conocer) y el tercer año sacaría a otro escritor y al segundo libro del primero (pero es necesario dar tiempo al tiempo).
¿Cuánto puede costar esto en un comienzo? El precio de impresión de pocos libros, que no niego que bien podría hacerlo yo mismo – necesario es averiguar la posibilidad de impresión computarizada prescindiendo de la litografía, su vialidad y el material necesario para una excelente encuadernación. Las máquinas gigantescas y costosísimas sólo son necesarias cuando hablamos de miles de ejemplares, pero cuando se habla de poco, de un principio o comienzo la labor puede incluso ser casera y nada difícil. Lo importante, como siempre, consiste en tener gusto y calidad.
(Desconozco las actuales leyes de derecho de autor, me hablan de un 50% para el escritor y me parece que es mucho, pero el 5% o el 10% me parece un robo al escritor y por lo tanto nadie con talento acepta prostituirse de esta manera. Creo que el 25% o la tercera parte 33,3% es un precio justo para el escritor (es la editorial la que se arriesga), pero ese porcentaje debe ser tomado de la ganancia de la editorial que consiste en la diferencia entre costo y precio al por mayor. Que la tercera parte de lo que obtiene la editorial vaya a manos del escritor me parece que es lo justo).
Otra nota más: una cosa es el gusto y otra cosa es el talento. El gusto se define en referencia a los talentos (entre muchos talentos, X son los que me gustan – pero no se niega la existencia de talento en algo que no hace parte de mi gusto. Sólo los versados en su gusto tienen gusto, no necesitan otras referencias.
En fin: comenzaría haciendo una pequeña editorial que publique por género, aceptaría todos los materiales posibles dentro de los géneros por mí elegidos, seleccionaría el mejor material… posteriormente si un escritor de un género me parece que posee mucho talento podría ver todo el resto del material aún cuando este esté fuera de la jurisdicción de los géneros que publico… entonces publicaría (si me parece excepcional) la obra de un autor.
Un dato curioso: hay géneros. Cada país posee géneros que les son endógenos y que responden a las inquietudes de la población. Debido a una mentalidad de importación Venezuela no conoce los géneros que les son propios. Una editorial sólo necesita descubrirlos y abrir las puertas para su expresión. Eso es todo.
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La virtud es la mesura que hace las cosas posibles.
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