Así que aquella madrugada José se mantuvo sentado en un parque, pernoctó, sin haberse dormido ¿Por qué no? ¿Acaso la ciudad no es de todos?... pero la paranoia también es de todos ¿Quién está más paranoico, quien pernocta en un parque, o todo el resto del mundo? Pero José se mantenía en la espera…

En eso se le apareció un duende. Lo vio como una esfera verde a los pies de un árbol y dentro de ella algo se movía. Un viento sospechoso de todo eso sacudió sólo un grupito de ramas, y no era una mano, ni nadie escondido, ni nada por el estilo. La cosa en la esfera verde se movió hacia un lado y en la nuca de José sopló un viento frío

- Escóndete – le dijo el duende – viene gente buscando muerte.