He reído a carcajadas, con lágrimas de esas que te salen por la risa profunda. La carcajada sincera, libre. Que dolor de estòmago, que alegría del corazón. Veía todo como una película. Mi gente al rededor. Pude subir y verlo desde arriba, el paraíso está en la tierra no en el cielo. Las penas se diluyen, las energías fluyen. Que gran juego, este el de la vida. Alguien me dijo estás radiante, lo miré como una aparición, y en mi interior, fluyeron letras, líneas que tuvieron que irse al aire, no había ordenador, pero atesoré este momento como un secreto en mi interior. No contesté solo sonreí, cosa curiosa el gesto desorientado de mi interlocutor. No he ganado un premio, no he comprado nada, solo he ganado en todo pensé. Las pérdidas contribuyen a engrandecer lo que queda, que es impresionante, inmenzo.
La vida es bella, amé, amo y amaré. Es lo único que vale, es lo único que deja huellas, esas que se reflejan en la mirada, en el andar.
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