Jueves o viernes, no recuerdo. Pero si recuerdo que es un día en los que no debería estar aquí. Pero estoy, a punto de tomar prueba escrita para aquellos pobres que no lograron pasar en la primera llamada. Asi que van llegando: Mónica, una alumna mía del primer semestre, una mujer rellenita de unos 36, toda dulzura, suave para hablar y tratar a todos. Un día me contó que hace tres años perdio la memoria cognitiva, por lo que está haciendo tratamiento siquiatrico, medicada y con algunas actividades para ejercitar justamente aquello de lo que esta carente. Por eso estudia español, entre otras cosas. Y justo vino a ser mi alumna. Eso tiene de bueno no creer en Dios como cree la mayoría. Yo estoy seguro que esto no solo es un milagro para mí, sino una oportunidad única. Y sinó, mirá la pelicula "Como la primera vez".
Despues llegó Mario, un alumno que tuve el año pasado, al que le cuesta mucho poder expresarse en otro idioma que el madre, por que su primera preocupación es comunicarse, es de esos tipos que quieren hablar y contarte todo, pero no importa en que. Por suerte este año progresó mucho, pero mucho. Me sorprendió escucharlo en español y sobre todo esforzarce para conseguirlo. Muy bueno.
Paulo... Negão... (o sea negro grandote.) Demasiado grande, sobre todo por que tiene solo 16 años. Pero grande... No de esos que tienen cuerpo de gimnasio, sino que nacio grande, con espaldas ya desarrolladas desde la cuna y esas manos que dan miedo cuando te presentan. Le tengo que dar la mano?? Pero aun asi, no tiene el tipico aspecto bobalicón de ese tipo de grandotes. Aunque en lo que se refiere a estudiar, no hace merito a su falta de apecto. Es muy duro pobre... Mirá que les dí una mano a todos, pero este me superó.
La última en llegar fue una nena de 15. Sí!! quince años, no me interpretes hasta que no termine.
Creo que su nombre es Silvania, pero no es importante. Una niña llena de redondeces. Carita redonda, manitos de estudiante, rellenitas, ojitos redondos, piernas rellenitas, como un osito de estopa. El tema es que ya la conocía, por que le dí una clase de apoyo. Ah!, si me olvide de unas redondeces. Pero todo llega... Es una nenita, que mira fijo en los ojos. Y que confunde, por que no se sabe si es de pícara o de inocente. Tiene aquellos mensajes corporales que no adivinás si son de nervios o de calentura... Pero no es tan mujer todavia como para despertar instintos primarios... creo...
El primero que terminó fue Paulo. Y termino rapido y mal...Pobrecito... no le dio el pignet.
Despues terminó Silvania. Pero se levantó y vino a consultarme algunas cosas en las que tenía dudas. Como yo estaba de frente a ella, Mario quedó a mis espaldas y Mónica a espaldas de Silvania, o sea: formamos un angulo en el que no entraban las miradas de los otros dos. Me entregó las hojas, pero no se movió de mi lado... Debe medir unos ocho centímetros menos que yo, eso pone mi brazo a la altura justa de curva y vaivén (1. m. Movimiento alternativo de un cuerpo que después de recorrer una línea vuelve a describirla, caminando en sentido contrario.) Se entiende?
Las dos primeras veces que sentí su suave roce, pensé que fuera sin querer el vaivén (2. m. Variedad inestable o inconstancia de las cosas en su duración o logro.) E inmediatamente pensé que me debo a ella como profesor y no puedo pensar que, algo fortuito, malintencionado de aquel vaivén... (3. m. Encuentro o riesgo que expone a perder lo que se intenta, o malograr lo que se desea.) Entonces cambié el peso que estaba en mi pie derecho, para el pie ezquierdo, pero casi de inmediato, sentí nuevamente el calorcito en la piel, de esa redondeza producida por lo apretado del corpiño, y no por naturaleza. todo esto ocurría casi displicentemente mientras mi boca se secaba y se me hacía dificil explicarle que el pronombre se escribe al final y formando una sola palabra en el imperativo, subjuntivo e infinitivo... Casi sin querer, en realidad a propósito, puse mi mano izquierda en mi brazo derecho, justo donde el codo dobla, la próxima vez que se acerque, no va a rozar mi brazo, jejeje... Aha!!! no rozó mi brazo, rozo mi mano. La boca se secó del todo y empeze a pensar en el Sahara y en alfajores de maizena. Escupía pompas de saliva invisibles y las "P" hacían eco en mi paladar. No solo por que me estaba tocando, sinó por que alli me vino a la memoria otra definición de vaivén: (4. m. Mar. Cabo delgado, blanco o alquitranado y de dos o tres cordones, que sirve para entrañar y forrar otros más gruesos, dar ligadas y hacer ciertos tejidos.) Abstraje algunas palabras y me quede con lo más mal intencionado de mis pensamientos. Pero hay más sobre vaivén (5. m. ant. ariete (máquina militar.)
No podia pensar más. No podía cambiar el peso del cuerpo más a la izquierda por que me caería. Y la pequeña bribona no se despegaba... Por suerte le daba la espalda a Mario y Silvania me tapaba a Mónica, por que lo evidente se estaba haciendo obvio. Di el más corto paso de momia para un lado, para alejarme un poco. Pero ella era persistente... Así que me senté. Allí fuí recuperando la tonalidad muscular y los colores se volvieron más naturales. Entonces la niña sentada a mi lado, desde donde no puede tocarme, me pregunta qué días doy clase... "na segunda vc ta aquí" "mmhhh, ehhh, nao. Ainda não tenho o horario meu". Yo qué no hablo en portugués en clase, qué jamás hablo portugués en clase, qué les prohíbo hablar portugués en clase... le contesto en portugués... Ohhh!!!... Por suerte eso me alejó un poco de las sensaciones. La paz vuelve a mí. El control de las actividades principales de mi cerebro. Fue corto tiempo, pero en menos y por cosas más tontas la gente pierde la cabeza. Mario preguntó algo y me trajo totalmente a la realidad. Felizmente Mónica necesita un terrible esfuerzo para pensar en español entonces todo pasó desapercibido. La niña saludó desde la puerta cuando yo le decía a Mario que la "i" siempre lleva tilde si el acento fónico cae en ella cuando está formando un diptongo y de esa manera se transforma en un hiato. Sinó la "i" siempre tiene un punto... los famosos puntos sobre las "ies"