Alejada del canto y de la risa hoy construyo un ayer que es casi cierto. El aire roza mi cara y me sonríe, pensando quizás en el tiempo en que no fui de nadie, inmadura.
Alejada de terrestres sensaciones concebí el olvido y hasta el llanto.
Enormes bibliotecas mudas ampararon mi cuerpo del quebranto.
Solo de libros mágicos y sentidos se compone mi ayer que es siempre un canto.
Solo mis hijas, reales de la vida, hermosas y queridas, nacen entre el mundo imaginario de mis lecturas y mis raptos de creatividad escasa.
Amigos tengo hoy que me acompañan y me guían por este camino que hoy vislumbro largo y en construcción.
Todo camino es un ser que repta buscando su propio cauce.
Abro mis brazos a la nueva vida y me recorto profunda entre ramas y superficialidades.
No puedo menos que añorar momentos pasados y esperar el tiempo que llega a golpear mi puerta.
Soy mujer de este siglo y bullen en mi miles de deseos.
Intento encontrar un lugar donde dormir mis penas y mis alegrías. Acompañada.
Busco un espacio vital donde crecer y dejar que mis alas descansen y se renueven.
A lo mejor lo encuentro.