... arremete el desconsiderado otoño con su incesante lluvia, en la que cada gota que da contra el cristal, resuena pronunciando tu nombro con un eco lejano, que revive aquella fría mañana en la que decidiste subir la escalera del tren sin mirar atrás; esas gotas que parecen dibujar tu rostro en un marco transparente permitiéndome ver a través y vislumbrar un sueño en el que pronto volverás.
Y estoy soñando despierto, ahora solamente viendo mi patético reflejo en tu retrato transparente... la lluvia me da tregua, me dispongo a caminar pisando charcos que parecen posas de lagrimas de un lugar que no se acostumbra a tu ausencia... y raramente levanto la vista al cielo en un gesto de esperanza, que no es mas que un esbozo de una ilusión, un recuerdo fugaz que se asoma al caer una hoja seca de aquel árbol que apuñalamos sin piedad con tal de inmortalizar el amor que nos juramos, el amor que se seca junto al árbol, pero que espero florezca en primavera...