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Aquella tarde salí a caminar, me sentía algo triste, tal vez algo sola. Necesitaba olvidar por un rato quien era... Y lo hice, lo logré.
Iba camino no se a donde. Si, ese es el mejor nombre al sitio al cual me dirigia, por que ni si quiera hoy podría decir a donde iba, solo caminaba.
Era verano, yo llevaba puesto un vestido de gasa y unas chalas negras.
Me había arreglado toda la mañana para esa salida.
Cualquiera hubiera pensado que iría a juntarme con mi novio. En realidad hace dos horas que no hablaba con Nicolás.
Tal vez hasta de hablar con él quise escapar.
Necesitaba pensar; necesitaba pensar mucho.
Que paradójico; quería olvidar quien era, pero ni siquiera sabía quien era; aunque creo que aún no lo sé.
Llevaba caminando, algo así como 15 minutos, y cerca de una heladería me detuve. Compré un helado de manjar; me encanta el helado de manjar; siempre me ha gustado; todos me molestan por ello, pero igual me gusta; me fascina. De repente me di vuelta y vi a un muchacho tomando helado; era de manjar. Le sonreí, y el me devolvió una sonrisa. Entonces me fui.
Javier me detuvo; así se llamaba el joven que tomaba helado de manjar.
Me saludó, y me llamó por mi nombre.
Me sorprendí, pero lo entendí cuando me comentó que el también estudiaba arquitectura.
Éramos compañeros hacía tres años, y nunca supe que le gustaban los helados de manjar.
Yo seguía caminando con Javier al frente mío, que me seguía conversando. En realidad de todo lo que me habló no me acuerdo,. Creo que ni siquiera lo escuché todo el rato.
El sabía que el sábado me casaría con Nicolás, y yo ni siquiera sabía como se llamaba. Tampoco me atrevía a preguntárselo; en verdad ni siquiera sabía si lo conocía. De repente en la Universidad me saluda gente que sinceramente no recuerdo haber conocido. Yo igual los saludo, no quisiera parecer descortés, pero por más que lo intentó nunca logró recordar donde ni cuando los conocí, y su nombre...que decir...menos. ... Para ser sincera ello no solo me ocurre en la universidad.
Javier preguntó como iban los preparativos para la boda. Le dije que perfectamente, aunque no era del todo cierto, por que siempre he dejado todo para el final. Y a tres días de mi matrimonio no tenía nada listo; aún cuando todos creían que sí.
No es que no quisiera a Nicolás; es que siempre he sido así. No es que mi matrimonio no me importara; al contrario; por eso es que había ido a caminar, por que para mi lo más importante era mi matrimonio, y ello lo podría hasta jurar.
Tampoco es que no estuviera segura de casarme, Nicolás era el hombre perfecto, pronto sería abogado, y era un jovén muy responsable. Era lo mejor que me podría haber sucedido.
Pero mi vida había avanzado muy rápido desde que conocí a Nicolás, y no sabía si en realidad quien se iba a casar era yo.
Necesitaba encontrarme conmigo misma, y en ello ayudó muchisimo Javier; el era muy parecido a mi.
Ese día decidí aplazar mi matrimonio en un mes. Creo que Nicolás me entendió, y eso si que era bastante, por que yo aún no lograba comprenderme.
Fui a pasar una semana al campo con motivo de reencontrarme. Nicolás llamaba todos los días, así es que decidí quedarme una semana más y pedirle que no llamara en esos días.
Lo que son las coincidencias, Javier estaba pasando unos días en el campo, y precisamente en la casa de enfrente de donde yo estaba. En realidad no se si fue una coincidencia, pero a decir verdad eso hoy ya no importa.
Pude conocer mucho a Javier, y también aprender mucho de él. No sé bien lo que llegué sentir por él, pero ese tiempo que compartí a su lado me sirvió para darme cuenta de muchas cosas, y entre ellas para conocerme mejor.

Nicolás nunca comprendió por que no me casé con él. No se lo reprocho, por que ni yo misma lo sé.
Mi vida pudo ser tan distinta si esa tarde no hubiera salido a caminar. La vida de todos pudo ser tan distinta...

...Hoy Javier abrió los ojos por primera vez después de mucho tiempo. Han pasado cinco meses desde el día del accidente, y Javier al fin a reaccionado.
No habla, no se mueve, tampoco sé si me ve, ni si me siente. Pero yo sigo a su lado.
Tal vez algún día podamos estar juntos de otro modo. Hoy nos basta con sentirnos en nuestros corazones, por que de alguna manera se que el me siente, por que yo lo siento. Cierro los ojos y lo veo, se que él también me ve. Lo acaricio, por que se que el me siente y me necesita.
...Yo también lo necesito.
Sueño cada noche con el día en que él me acaricie, me abraze, y me bese.
Nunca se lo dije, pero creo que lo amo. En realidad creo que recien hasta ahora me di cuenta de ello. No se si lo sabrá, en realidad no se si él me ame, nunca me lo dijo. Nunca tuvimos la oportunidad de decirnos muchas cosas. Pero él al fin abrió los ojos hoy.
Se que regresó por mi, aunque no lo diga. Se que me escuchó, y regresó.
¿Cuanto tardaste?...
Para mi ha sido toda una vida tenerte a mi lado en estos meses; sentir que respiras; desear a cada instante estar contigo en donde estuvieras...
Para ti, tal vez fue como un sueño.
¿Me habrás soñado?...

Texto agregado el 04-01-2004, y leído por 309 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
26-01-2004 si..esa era la idea..cambiar rapido de tiempos y sin previo aviso a distintos recuerdos del personaje central...una idea como para confundir al lector pero para que esté más atento...jejeje..saludos mafrand
04-01-2004 Encuentro que la idea esta bien, y el relato me ha gustado, pero me da la impresión de que las ideas estan algo desordenadas. Supongo que lo has escrito así porque has querido, pero personalmente me hubiera gustado más con un poco más de orden. Un saludo. Eddy_Howell
 
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