Tomo la posta, hacedor de soledades, para otorgar mi voluntad. Me refiero a ti, conspirador; a esos ojos que aún deambulan por el mundo; a tu piel mendiga de crueldades o artificios; al mortal suspiro que riegas con tu aliento. Más allá de las virtudes; etéreo y enajenado; superfluo, en este oficio de narrar lo inverosímil apegado al destino de las almas. Al ardor de las palabras que deslumbran su belleza; para ti, susurro de mil lenguas; atisbo de los Dioses; poseedor virtuoso de las letras. Recoge lo que atestigua tu mirada, para fundirnos en una sola llama del lector y quien les narra...
Hiciste la fución con tus letras gracias. gatelgto
04-01-2004
Ana no es facil que escritor y lector se unisonen. Eso tratamos a veces de hacer pero las interpretaciones son tan variantes que dejan en la intriga la verdadera verdad de lo que se quiere decir. Bikos FranLend