Apagó la luz que iluminaba el pasillo del lujoso hotel.

Con gran habilidad introdujo una delgada lamina entre la cerradura de la puerta y la pared, abriendo en forma silenciosa la puerta.

Cerro la puerta, dejo un tiempo a que sus ojos se acostumbran a la oscuridad.

Escuchaba una respiración suave y acompasada
Con lentitud se acerco a la cama en donde se escuchaba esa respiración.

Sus ojos ya acostumbrados, se fijaron en la silueta que debajo de las sabanas se dibujaba.

En forma rápida saltó sobre ella y hábilmente tapo la boca de la mujer que hasta instantes antes, dormía placidamente.

La sorpresa inmovilizo a la mujer, así como el posible grito de sorpresa fue acallado por la fuerte mano del hombre.

Hábilmente retiro la sabana y con la misma prontitud, le levanto la sutil y ligera prenda con la que ella dormía.

Quitar la pequeña braga no le costo ningún trabajo.

El aliento masculino era ardiente.

La mano tomaba los muslos de la mujer, subía a sus pechos.

El jadeo masculino era intenso, muy intenso.

Ella sintió como era penetrada, sus movimientos fueron intensos y violentos en respuesta a esa penetración.

Eso pareció excitar más al ya de por si ardiente sujeto.

Ella sintió también como entre movimientos y convulsiones él terminaba y aflojaba el cuerpo.

La mujer aprovechando ese momento de libertad, estiro la mano hacia la mesa de noche y tomo fuertemente un pesado objeto.

El hombre estaba fulminado y totalmente relajado, situación que le impidió ver el movimiento de la mano de la mujer.

Ella prendió la luz y con la mano que tenía el pesado objeto se giro hacia el tipo.

El sorprendido abrió los ojos, pero era demasiado tarde.

¡Ya tenia frente a la cara el objeto!

Y fue cuando la voz de la bella mujer se escucho en un grito.




¡Feliz aniversario mi amor!


Sirva este pequeño texto como homenaje a todas aquellas parejas que no dejan que la monotonía y el aburrimiento invadan su matrimonio y cada aniversario lo celebran en forma diferente y original.