Era una hermosa relación, de la mano, sinceros, entregados.

Él la amaba con todo el poder de su espíritu, un beso en la frente y una caricia en los labios, un te amo, los ojos profundos en los suyos y un tierno abrazo eran las muestras de gran cariño y respeto. Vivía solo para hacer feliz a ella.

Ella lo amaba hasta entregar todo su ser, un beso dulce en los labios y una caricia en el mentón, un te amo, ojos brillantes ante los suyos y un aferrado abrazo eran las muestras de gran cariño y respeto. Vivía solo para hacer feliz a él.

Todo era perfecto, tal como él lo soño, tal como ella lo añoraba, hasta que una mañana él despertó, solo, en su cuarto, abrazando con ternura su almohada, con una lágrima de alegría en la mejilla y con el recuerdo de un hermoso sueño de un amor perfecto.