"Dos sentimientos tan diferentes y únicos alguna vez se enamoraron... porque la libertad no existe, sólo el dolor de saber que amas podría hacerte entender..."


Hoy no tengo ganas de que vengas con tu dulzura, no quiero que aparezcas por mi vida como si amar fuera la razón que mueve al mundo, mi mundo no es el tuyo, mi mundo solo traerá oscuridad.
Soy Maldad en esencia, quise ser feliz, pero ese derecho se me negó. Ahora busco satisfacción a costa del dolor de otros, no soy digno, no hay conciencia en mi interior.
Si un día simplemente aparecieras, tendría que herirte o alejarme. Las dos alternativas serían dolorosas, ambas me sentencian a que faltes.
Por eso, huye de mi, no vaya ser yo la causa de tus lágrimas, no vaya a convertirme en la daga que corte tu piel y desangre hasta morir. Corre hacia la luz por favor, no te quedes por mi anclada al recuerdo de cosas que jamás existieron. Sólo tu vida y mi vida conocerán el sentido de todo lo que nos fue concebido.
Quiero que te vayas, que des ese paso que te sacará de mi vida para siempre, que te decepciones tanto de mi que no quepan dudas, soy yo quien más te ha hecho daño y no deberás volver a hablarme ni verme.
En un inicio sentirás que mueres, sentirás que el silencio se apodera de tu alma, que lo habías entregado todo y que aún así sufres por no sentirte amada. Luego vendrá la tregua, tus sentidos se aclararán, tu rostro tomará color nuevamente y al mirarte al espejo verás la verdad; tu amor sobrevivió intacto a la pena y aún conservas la sed, la ilusión, de esperar por alguien más.
Como el corazón no palpita en mis adentros, deduzco que algo tienes que me haces reaccionar, apelas a mi compasión y he cedido mi lugar a cambio de un segundo de tu luz. Para qué seguir callando más… aún siendo Maldad también estoy sufriendo con tu adiós.
Yo soy Maldad y no tengo arrepentimiento, soy cruel, vil y desleal, muchas veces he visto llorar a los hombres, y hasta ahora nada me impresionó más que verte vestida de alba las veces en que me viniste a visitar. Pude matarte yo mismo, pude hacerlo y no lo quise. Las razones las llevo conmigo y sin embargo no parecen propias, mías.
Nadie me recogió con la suavidad de tus manos, nadie me descubrió el rostro con solo una mirada, nadie busco entre la oscuridad la rosa más blanca para enseñarme que siendo yo noche de invierno también puedo encerrar belleza, nadie comprende y nadie comprenderá, nadie sólo tú Ternura mía… solo tú.
Cuando de noche te dormías con mentiras te cegaba, mi naturaleza de embustero trató de envenenarte como a muchas otras almas. Más no pude, me venciste, no jugué a la mentira en ti, no derrame palabras deshonestas, no te quise tocar para no empañar el sol que de tu cuerpo irradias, jamás quise hacerte daño porque en ti veo lo que estaba buscando, sólo Amor.
Ternura mía, soy Maldad enamorado, por eso vete, por eso huye de mi, que si te quedas a mi lado las cosas jamás tendrían buen fin. Estamos destinados a vivir separados, a caminar por muchos siglos en perdida compañía, estoy condenado a no tenerte y a extrañarte. Por eso aléjate de mi, que mis penas no te cubran.
Yo soy Maldad, pero tú Ternura, no llanto.
Yo soy Maldad enamorado, quise buscar como todos una cuota de felicidad, pero una vez más he fracasado, se escribió en el cielo no poder obtener lo que desde siempre se me ha negado, Amor y compañía. No te merezco, y tú no mereces que yo te ame, pues soy tirano, soy mucho sufrimiento para una alegría tan bella como la tuya.
Soy Maldad y me quedaré en lo negro de esta historia, me encargaré de borrar en tu memoria la locura de este amor, porque estoy mejor preparado a soportar el infierno y las tempestades, pero tú Ternura mía… tú no.

(CAST - 2006)

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