Cinco noches pasaron después de llevar su imagen en mi mente por varios días… cinco noches, en las que me olvide de todo por un momento, quizá por esas ganas absurdas que sentía de escapar y liberarme de todo, entonces decidí salir a caminar un poco, puede que las calles trajeran a mi recuerdos, pero era la mejor forma de entender todo, y, aunque, a regaña dientes lo estaba aceptando (…)
Mis zapatos rojos se deslizaban por las mojadas calles del centro de Bogotá y sentí que mi alma se desvanecía suavemente con cada paso, una lagrima rodó tristemente por mi rostro y seguí mi camino, con la cabeza gacha y mis manos jugando con las pequeñas gotas que empezaban a caer, entonces dirigí mi mirada al cielo y nuevamente una gota rodó por mi rostro… me quede ahí, en silencio, esperando alguna señal del cielo (…)
Las horas pasaron por el cruel lugar y yo seguía allí, con mi mirada en cielo y esperando alguna respuesta, algo que pareciera ser un ángel, pero nada… todo seguía terriblemente en silencio, entonces, lo entendí.
No podía pasarme la vida esperando, aunque a veces, y para muchas personas sucediera así… la vida no se nos pasa esperando, bueno, eso sueño
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