Respiro el aire enrarecido
de su cuarto adolescente
cierro los ojos
lo beso
con la amabilidad con que una madre besa
a su hijo menor
Él me mira
y dice: te quiero
es un discurso que ha aprendido con los años
y que repite sin cesár
sonrío como si fuera algo nuevo a mis sentidos
como estremeciéndome al movimiento
de sus labios
tiernos
Ocultamos el miedo en los bolsillos
y cae
contra la alfombra
La tristeza final
del placer
nos aguarda
siempre inquieta
de comerse el amor
Texto agregado el 30-06-2006, y leído por 185
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