El más oscuro de mis amigos, en la profundidad de su sabiduría me ha llamado bruja. Un buitre con cara de mujer que viene del lejano tercer círculo del infierno a robarle a los hombre los pensamientos, envenenándoles la voluntad.

Es un buen juego ese que dice mi amigo, ser una bruja jamás me ha resultado tan agradable. No es solamente el robar tu tiempo y echar a volar tus sueños sin promesa alguna. Si tuvieras un poco de brujo tu también podrías darte cuenta que el juego no es oculto, se llama amor y es pura magia blanca.

No se trata de manipularte como un muñeco de hierba sino de poner a prueba tu paciencia, de hechizar el momento, paraque no sea tan volátil como tu resistencia.

En verdad que esta bruja se ha topado con sapos disfrazados de hombres, pero al instante logro descubrirlos y mostrarlos nuevamente como son, porque sé que alguna princesa cabeza de humo podrá besarlos, pero no esta bruja.

Y así desde el tercer círculo del infierno de la soledad salgo a buscar de día, de noche a algún hombre cuya paciencia, interés y amor pueda romper mi hechizo de desconfianza, que con magia me convierta en princesa de su reino, porque sé que todavía puedo creer en los cuentos de hadas y en los finales felices.