Te volviste de piedra
Y de llanto
Hubo tiempos claros entre nuestros pisos
Arriba teníamos doce hijos
Abajo eran cinco que no conocíamos
Pero no se alimentaban, reptaban sobre la misma piedra
que te respiraba en la piel
Doce arriba Cinco abajo
En tus piernas cruzadas podé el estrecho sello de una familia
Ya te fuiste?
De nuevo me sobra espacio en la cama
Y puedo suponer que la piedra que conozco es una enredada clave de secretos
y esos mismos secretos perdidos nos convergen a ríos distintos, uno frío y otro tibio
Uno hombre y otro mujer
Uno infierno otro silencio
Y los hijos se nos van de las manos
El agua corre polvorienta y mojada
Corre como en canales sucios llenos de escarcha
Vapulenado a los hijos de mi cama
Uno es tuyo, Catorce se abrazan a mi almohada
Tengo sangre de no verte
Y espalda de extrañarte
Y la piedra que te cubre la cara, puede ser un espejo, porque mis ojos son de piedra
Cada vez que te marchas.
Texto agregado el 30-06-2006, y leído por 112
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
31-07-2006
Te confieso que hube de leerlo dos veces porque su imponente fluidez me hizo el efecto de la bofetada que te despierta... Magnífico aa000El_Poeta000aa
07-07-2006
Me gusta mucho este tipo de textos, los que me hacen pensar jejeje. soripo
02-07-2006
Ufff... tiene frases potentes com un muy buen final... fuerte lo tuyo... yo nunca he podido saber si la sangre que nos acompaña es tan entrañable como los significados que le damos a nuestros encuentro... a nuestra vida... y siempre se me a volcado todo dolorosamente y la tierra tapa mis ojos y me es imposible ver... victorvac
30-06-2006
esos hijos pueden ser los sueños creados juntos... y es doloroso separarse de alguno de ellos Myadermond
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