Mi querido hombre alto
(Luna Vera)

Cogió unas flores rosadas del jardín de mi vecina, las envolvió toscamente en un papel de regalo arrugado y me las regaló. ‘Me dio lo que tenía’ – aseguró una golondrina - hace tiempo que no recibía algo así.

Siempre fuiste alto, recuerdo tu hablar. Era niña y no entendía lo que decías. Ni siquiera cuando lo repetías. Confieso que me angustiabas, - ‘ es alto, es grande’ - pensaba.

Nunca entendí el afán de veranear aprisa, apenas salía el sol ya íbamos en camino, muchas veces sin saber adonde nos llevabas. ¿Por qué lo ocultabas? Era extraño ignorar el destino, pero créeme que confiaba en tí.

La vida se sucedió rápidamente y muchas noches me visitaron. Te odié y amé a la vez.
Recuerdo tus llegadas a casa, siempre iban acompañadas de una sabrosa tortilla rancagüina y queso de algún fundo del sur.

Más, hoy te veo de otra forma, ya no intento entenderte ni recibir respuestas a preguntas que finalmente son parte del pasado.
Aunque ya los años te han llenado de nietos y yo me he convertido en una mujer, aún evoco mi sentir de niña.
Hasta el final de mis días pensaré que eres alto.
Sí, sigues siendo mi querido hombre alto.