Pensamientos vacios,
señales que se desvanecen.
La noche canta desesperada y siento tu boca en mi oido susurrando el cantar de tus amores
Mis pensamientos vuelan y mi cuerpo se estremece.
Mi mente despierta, mis recuerdos tejen mi memoria escarbando destellos de blancas ilusiones, de verdes senderos de bellos atardeceres.
He perdido tu sueño, se ha tornado salvaje como las tempestades que a veces se improvisan... Perdida en las manos de la suspicacia, de lo extremadamente descarado y sincero.
Perdida, desnuda y cubierta de verdades, de suave piel... te siento lejos.
Perdida en esa mirada que rapta sigilosa, que tienta incesante e inquieta.
Perdida en la naturalidad de la picardía, en el bosque de los escalofríos peligrosos, que empujan y caen el precipicio de tu ausencia...
Perdida en fuegos inagotables de llamas y ascuas ascendentes, en chispas que desbordan vertiginosas.
Perdida en las gotas que resbalan, en su calor al lanzarse rápidas y sin frenos posibles.
Perdida para seguir perdiéndome, para enredarme en ti.
No me sigas con tus ironías que saben a cristales afilados y desafiantes.
Perdida en batallas interminables que no besan, en fugitivos gestos, repentinos instintos y laberintos multiplicados.
Perdida y cargada de desencuentros, convencida de que solo existe el vacio... Lejos tu sonrisa cómplice se despide... corro hacia ti, me pierdo en la huida y al despertar solo encuentro el sabor de tu ausencia... |