Cuando a veces te salía el sol por los ojos, te preguntaba por ese brillo acuoso, tonto, por esa llama inverbe de los australes correntosos y tus ojos no me respondían. Por eso ahora, tonto, callo boca a bajo para que los suspiros se caigan a la tierra y germinen en palabras de susurro.
Somos o no somos, eso es lo que somos, por eso nos encontramos divididos una tarde palida de octubre. No había lluvia tonto, pero tú, dale con que sentías mojados los labios. Eran mis besos tonto. Besos rebeldes de año nuevo, de primavera seca y de secretos jugosos, como esos mismos besos que no me recibiste a la entrada de la casa. Tonto ya no eres mi portada de revista, ni mi misión interestelar, comprendes ahora?. Comprendes que te engaño cada centímetro de tu cabeza y me arrepollo como un vegetal podrido en el centro de la tierra? Lo comprendes tonto?. Ahora a nadie se le dice tonto, a nadie se el olvida de cabeza en un árbol de nogal, tonto a nadie se le llama como yo te llamo, por eso corrijo mis palabras y te digo de la forma más amable, tonto. |