Padecí Injusto encierro en los años dorados de tanta libertad y muerte
Aun hoy no lo tengo elaborado... y mi pluma es
Espada que en estocada no falaz
Hiere de muerte a la muerte que mata.

Celdas malolientes invadida por rostros patibularios
De azul figura, respaldados por oscuro báculo.
Otros rostros diletantes devotos del horror, amargura y sin oriente,
Son los que injusto dolor padecen del injusto encierro...

Y son tan fuertes y gruesos sus barrotes que aun libres,
Cargan sobre sus lomos la celda,
Poderes desmesurados de togas insensibles
Sobre el que un poco de razón tiene.

Tenue razón peligrosa el que habita zonas de injusticia
Razón loca vaticina el de loca sinrazón por orden establecido
Los abruptos rostros de ojos picaneando almas
Para dormir y flagelar esperanzas, dándole muerte al alma.

Caminas tus días con horror presente que en futuro no lejano
Vuelvas a beber infectas aguas de ignominia
Barrotes y muros oscuros. Manchas rojo seco – oscuro
Con fétido olor a muerte latente, nauseabunda

Muérdete la lengua o que te la corten, pero no podrán matar el alma
Por lo aprendido en injusto encierro
Mi ansia- aspiración, palomas blancas
Que vuelan a través de barrotes de pequeño ventanuco
Hacia un cielo – febo esperanzado
Aunque siga sobre mis espaldas
Cargando injusta celda a la razón.
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