Segunda Parte
Bastó que Humprey, un compañero de universidad lo llamara para preguntarle algo relativo a una materia para que el muchacho se apresurara a contarle lo que había descubierto. Billy frunció el ceño cuando escuchó la estridente carcajada al otro lado de la línea telefónica.
-¡Es que tienes que verlo! ¡Esto es todo un hallazgo!- le dijo a su compañero atragantándose de ansiedad.
-Tú y tu famosa lupa. Ves o imaginas cosas que, para el común de los mortales, no son sino puntitos borroneados. ¿Acaso piensas que una postal como esa va a salir a la venta con ese atractivo adicional? No me hagas reír.
-¡Tienes que verlo! Ampliaré esta imagen y ya te quiero ver con tus ojos saliéndosete de las órbitas ante esta evidencia.
-¡Esto es realmente increíble!- exclamó Humprey, al sujetar entre sus manos temblorosas la página con la ampliación de la controvertida escena. Aunque muy borrosa por la excesiva ampliación, se veía perfectamente a dos tipos que forcejeaban. El que parecía más viejo, portaba una pistola, eso era indiscutible. También era indudable que ambos tipos no estaban jugando, a juzgar por la desesperación dibujada en el rostro del que portaba el arma.
-¿Qué crees tú que ocurrió aquí?- preguntó Billy, sin despegar sus ojos de la escena aquella.
-Imposible saberlo, si bien sabemos que es una postal de una plaza de Ankara, no sabemos ni el día ni la hora en que fue tomada la fotografía.
-Pienso que bastaría con averiguar eso con la editorial que imprime estas tarjetas.
Sin mencionar el motivo, los muchachos se lanzaron a la azarosa tarea de conseguir todos los datos relativos a la consabida postal y si bien, no sacaron nada en limpio, dedujeron que la emisión de aquella vista se había producido el año anterior.
Pero lo que les significó invertir mucho de su tiempo, fue conseguirse periódicos de Turquía. Como obviamente desconocían el idioma, buscaron la asesoría de la biblioteca pública y fueron más de cien ejemplares los que revisaron, considerando los últimos tres años. Parecía que nada conseguirían y ya habían determinado que posiblemente todo hubiese sido un equívoco, un error de apreciación o cualquier otra cosa, menos lo que sus ojos creían ver, cuando apareció una pista.
El diario Hürriyet anunciaba con grandes titulares la siguiente noticia: Asesinan a acaudalado comerciante de Estambul. Esto fue traducido por una amable secretaria, la que les informó además que el crimen se había producido el 3 de septiembre de 2004 y que la víctima había sido asesinada de un disparo.
Todo parecía calzar, el fallecido era un hombre corpulento –tal y como se podía apenas distinguir en la fotografía de la postal. Si este fuera el caso ¿Quién diablos era el asesino?
(Continúa)
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