- Eres una puta desgraciada- me dijo entre risas La Flaca cuando llegué a la casa.
- De alguna forma me tengo que ganar la vida, pa’ algo tengo el poto po hueona.
Después de guardar la plata de la noche, me saqué la ropa, me puse el pijama y me metí a la cama con la China, que roncaba como oso mientras yo trataba de acomodarme. Pensé en el tipo del motel, pero después de un rato me llegó el sueño, me quedé profundamente dormida. No tenía remordimientos, una sin vergüenza como yo no tiene por qué tenerlos.
Texto agregado el 28-06-2006, y leído por 110
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Lectores Opinan
17-08-2006
¿se requiere ser sinverguenza para ser puta?
Bueno.***** curiche
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