Junio-Julio2005
La lluvia apareció de improviso y el calor que reinó durante el día se marchó sin dar explicaciones. Sorteando charcos de agua y gente que corría de un lado a otro, con toda tranquilidad me detuve a esperar el autobús, quería que la lluvia se llevara el sentimiento que me ahogaba. El viaje fue rápido y las pocas calles que faltaban para llegar a mi destino desaparecieron debido a la poca importancia que para mi tenían en ese momento, lo único que deseaba era terminar con tranquilidad mi día. Una ráfaga de viento frío entró con el último pasajero y se coló por todos mis huesos que la recogieron con un escalofrío inesperado. La noche había caído prematuramente debido al cielo encapotado. Al llegar a casa subí las escaleras para llegar hasta el refugio que me abriga la recamara que fue de mis padres, como si su calor de amor aún permanecieran escondidos y salieran solo cuando me encuentro sola, triste y confundida como ahora . En cada escalón sentía que los latidos de mi corazón competían con voces dispersas y el ruido de un motor proveniente de afuera. Por rutina me paré frente al espejo, mirándome a los ojos limpié los residuos que la lluvia había dejado en ellos, el nudo de mi garganta se aflojó con un susurro que decía- hoy es uno de esos días que siempre regresan, es un día de abandono, un día en el que la mera percepción de un día ideal cualquiera se torna en una pesadilla de la cual intentas despertar, y cuando lo logras al cerrar nuevamente los ojos continua en donde te quedaste. Todo lo hermoso es inalcanzable y casi falso. Todo es hastío y la boca se me llena de sequedad, de arena. Hoy es uno de esos días en que deseas desaparecer. Me duele todo el cuerpo y no veo más allá de mis mojados pies, y me pregunto ¿Qué pasará? ¿Estaré bien? ¿Y si fuese una ilusión? Pero cierro los ojos y pienso en los momentos que he compartido con ella, que por un momento me han llevado lejos. Y repito en voz alta-¡La quiero...!- Este sentimiento no me es familiar, - ¿Será que la vida intenta ponerme una nueva trampa? -¿Quieres hacerme una broma? -pregunto nuevamente y comienzo un viaje más. La he imaginado de muchas maneras y en lo único que se parecen es en el brillo de vida que sale por sus ojos. Pronto mi mente retorna para recordar la última mano que le he tocado, recuerdo la sensación que me provocó esa mano bella, de dedos largos y elegantes, imagino el olor que podría tener. Y ahí lo pensé. Que si. Que me quedaría con ella y las dudas que había tenido se disiparon como la niebla se evapora ante el sol de la mañana. Nos miramos a los ojos y sonreímos. No supe si pensó lo mismo que yo, pero su sonrisa era tan elocuente que me ruboricé y pensé en lo que pasaría si en un arrebato de locura la desnudase y acariciase ahí frente a la gente que charlaba, reía y tomaba ajena a nosotras. Un relámpago acompañado de una luz intensa, interrumpió mi sonrisa forzándome a regresar de aquel recuerdo que ruego nunca olvidar, ese recuerdo que te hace vivir nuevamente una sensación que te entra por los ojos recorriéndote toda hasta clavarse en tu ombligo. Si, ella se clavó muy bien en mi ombligo y dudo de ahí poderla sacar y si la vuelvo a ver seguro me enamoraría nuevamente de ella, aunque, ella a mí no me quiera leer, escribir, hablar ni ver. Con un gran suspiro dejo de mirarme en el espejo para darme cuenta que la lluvia apareció nuevamente...
|