- Hola amigo, como estás?
- Bien Maru, pero decime que te pasa a vos que estás llorando?
- Te acordás la historia que te conté?.
- La del sueño?
- Si, si esa...
- Me quedó una duda....pero mujer pará de llorar que pasa
- Es que pasó algo tan extraño...., ves este papel lo prueba...
- Y que es tan extraño, que es lo que prueba ese papel
- Cuando te conté la historia, no te dije como me enteré de la muerte de Ricardo
- Justamente eso era lo que iba a preguntar..
Después de reencontranos en el sueño, quedé un poco confundida...pues a pesar que nos amamos con locura, después de todo era eso tan solo un sueño...
Quedé impresionada y al despertar era temprano...muy temprano alrededor de las 6 de la mañana, algo oprimía mi pecho , entonces en un impulso, me vestí muy apurada tomé las llaves, subí auto y como un autómata me dirigí hacia la misma puerta de su casa, al llegar había mucha gente y flores...muchas flores...tuve miedo, traté de controlarme, respiré hondo - no no es él es imposible – me decía, y entré temblorosa, de pronto se acerca un hombre grande, cabello nevado por las canas, ojos color café nublados por las lágrimas, esboza una sonrisa de consuelo y me abraza fuerte
– Sabía que vendrías, vos sos Maru? – dijo con la voz entrecortada
– Como?, si...quien es usted? – a estas alturas yo no entendía nada
– Sos tal cual él te describía...perdón yo soy Omar amigo de la infancia de Ricardo.
– No sé, que hago acá me siento confundida..
– Sin embargo viniste, y creo que a pesar de tu asombro conoces el motivo
– Ricardo?...Ricardo? – decía entre sollozos – quiero verlo....y Omar me guió hasta la sala..
Y lo ví allí como dormido...con la boca esperando un beso mío...lo besé suavemente en los labios y sentí que respondía al beso mío e incluso una mueca hizo su cara y escuché su último suspiro, lo abracé...le dije no me dejes, lloré imploré que sea un sueño, entonces Omar me tomó por los hombros, me llevó a su cuarto...me habló de sus recuerdos y me dió esta carta que Ricardo dejó para mí.....
Mi vida, si estás leyendo estos pensamientos que te dejo, habrás resuelto el gran misterio de todos estos años, no mi amor, no quiero que estés triste...nunca fue mi intención ocultarlo, lo que vivimos fue intenso muy intenso y es algo de los dos...es algo mágico, hoy antes de partir hacia el destierro, hacia mi última morada quise volver a estar contigo en nuestro sueño, a sentir tu calor y reflejarme en tu mirada...y después de nuestra despedida...dejar escrito que fuiste, sos y serás la única mujer que amé en la vida, aunque viviéramos en sueños....se que a la razón humana no tiene sentido, pero vos y yo sabemos amar más allá de las palabras...más las palabras hoy se tornan necesarias para que comprendas que todos estos años estuve a tu lado en "ausencia presente", cuidándote y soñando...
El destino nos hace trampas y juega con nosotros como simples marionetas, nos maneja a su antojo, nos atrae...nos aleja, muchos pensarán a estas alturas que hemos sido infieles, no te sientas culpable tesoro mío, quien nos maneja la vida, el pensamiento... quien decide que esto es malo si se trata tan solo de un sueño...hasta donde llega la locura...hasta donde el razonamiento...lo único importante y valedero es nosotros nos amamos en esencia, en un espacio incomprendido de este tiempo...
Comienzo por contarte mi parte de la historia (esa que no te cierra) y descubrirás que fui tan real, que estaba tan cerca...
Bomboncito...te llamaba, te día ese apodo porque al verte me llenabas de dulzura...
Bomboncito, recuerdo que de chiquita pasabas siempre con tus padres por la puerta de mi casa, yo tendría 6, u 8 años y eras una bebota hermosa, regordeta que siempre sonreía, y cosa rara a que un pibe le llame la atención un bebé....pero vos no era un bebé común, para nada a tu paso iluminabas la calle.
Bomboncito (mi bebota) fuiste creciendo, tengo guardada mi imagen jugando a la pelota en el potrero que quedaba frente a mi casa y cuando te veía doblar la esquina, tiraba la pelota hacia la vereda por donde pasabas para mirarte de cerca, para ver como te sonrojabas y desviabas tu mirada....
Y fuiste creciendo y un buen día, estaba con los muchachos en la vereda de enfrente de mi casa, ese día estaba distraído y Omar al divisarte me da un codazo en las costillas y con los ojos desorbitados me dice - mirá el minón que acaba de doblar la esquina - cuando ví que eras vos tuve ganas de trompearlo, pero disimulé la bronca - pero que decís si es una piba - estabas tan hermosa...tenías un vestido al cuerpo color lila (creo que tejido, como se usaba en esos tiempos) a media rodilla, el pelo largo y suelto como solías llevarlo para que lo acariciara el viento, zapatos altos color gris (seguro que eran tus primeros tacos altos), caminabas tan altiva, tan segura, conquistando el universo y tuve celos de que otros te miraran, y los contuve porque sabía de los sueños...de nuestros encuentros...y supuse que esa noche al encontrarnos podría decirte - Que bella estabas esta tarde vida. mía...
Recordás algo de lo que te estoy contando? porque creo nuestra historia para vos era tan solo en sueño, entonces decidí que era la hora de que notaras mi presencia...
Y ocurrió que una tarde bueno esa tarde me dijiste HOLA...y sentí en ese instante que me habías reconocido...
Pasó un año exactamente que pasabas día a día por la puerta de mi casa con esa sonrisa llena de ternura me decias hola y yo te contestaba...hasta que ese día decidí seguirte y en la esquina de tu casa me presenté, y repetiste mi nombre varias veces y tuve que contener mis ganas de abrazarte, de decirte - soy yo amor mío...pero pusiste una excusa y te alejaste . Y no volviste a pasar por la puerta de mi casa...
Tuve miedo de acosarte si te hablaba y callé, me conformé con aparecer en tu sueño, de estar a tu lado cuando me necesitabas, y tuve que bancarme aquella noche verte pasar del brazo de otro hombre, estabas tan bonita y tan distante que ni siquiera notaste mi presencia. Esa noche traté de abordar tu sueño, más fue inútil otro ocupaba mi lugar, sentí , temor, angustia, ira, pero no pude dejar de amarte.
Pasaron unos años en que estuvimos alejados, un día me enteré que te casaste, te ví pasar por la puerta de mi casa con el vientre en flor y no pude dejar de añorar aquellos días, en que compartíamos un sueño, y no pude más que desear que ese hijo tuyo fuese mío, fruto de nuestros amor, y volví a callar intentando atravesar tus sueños y sentí la misma frustración...habías puesto una barrera entre nosotros ya no eras mía eras de otro...
Entonces despechado le propuse casamiento a Marta, era muy buena piba (pero no la amaba), al año tuvimos ese hijo... hijo que de tu vientre yo añoraba...y una tarde caminaba junto a ella y mi bebé por las calle del barrio, pasaste vos por la vereda de mi casa y me miraste...y tu cara hizo un gesto, y tus ojos me invitaron a tu sueño y supe que esa noche me esperabas.
Esperé ansioso nuestro encuentro me dormí muy temprano, no quería llegar tarde a nuestra cita....al llegar estabas disgustada pensabas que te había traicionado, hubo algún reproche muy dolido...y esa noche volvimos a encontrarnos.
Pasaron muchos años, nuestros hijos ya grandes, tu separación...y mi enfermedad impidió que acudiera a nuestras citas, hasta anoche que supe que viajaba....que partía hacia mi última morada...junté fuerzas para verte, para volver a estar entre tus brazos, recorrer tu cuerpo, besarte con el último aliento y escribir esta "carta", para no ser tan solo un sueño, para que me recuerdes con una sonrisa, para que sepas cuanto te amé, cuanto te amo y recordarte que si existe otra vida, si se nos da otra oportunidad no te quepa duda que estaremos juntos y esta la viviremos no solo en un sueño....
por siempre tuyo Ricardo
Elvira Castro
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