Tengo miedo.
Miedo a perder la razón
en la más pura soledad.
Miedo a los muertos,
miedo a los vivos,
a los payasos, a las ratas,
a las historias sin final.
Me da miedo no ser capaz,
algún día,
de valerme por mí misma.
Miedo al azúcar,
a las agujas,
a ser una enferma a mi edad.
Me dan miedo los cobardes,
los políticos y los militares.
Me da miedo la venganza
y los que no saben perdonar.
Cuando te conocí, tuve miedo de tenerte,
de necesitar mucho más de tí.
Tuve miedo de tu ausencia, de tus ojos,
de que te enamoraras de mí.
Miedo al creer que era un sueño
la primera vez que te ví.
Miedo a besarte, a tocarte,
miedo pensar que me buscabas a mí.
Me dan miedo las mentiras
disfrazadas de piedad.
Miedo a que me tengas lástima
por mi pasado letal.
Me da miedo la gente
que habla de tolerar.
Miedo a quererte y no tenerte,
a perderme en tu verdad.
Miedo a oírles sin escucharles,
y, a pesar de ellos, continuar.
Miedo a apartarme de tu lado,
sabiendo que, sin tí, nunca más...
Tengo miedo de que esto termine,
de cegarme la libertad.
Tengo miedo a que el propio miedo
nunca más me permita amar.
Miedo de que nuestro miedo
nos lleve a abandonar.
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