y hoy, el terciopelo azul celeste tomó a su musa entre sus dedos de viento y envolvió su silueta con un pañuelo de cielo.
al sentir sus ojos de frío dejó morir la navaja de oro que se encontraba en el rincón de la lágrima de mar.
sonó un intermedio, donde el solo de piano llenó de textura nubal..el alma de su petiroja..
las notas siguieron su sombra en el rastro mientras la caravana siguió al auto tumba.
las cenizas de pan que sangraba la pequeña abeja, con cola de fantasma, espantaron el silencio y abrieron el camino..
la melancolía y malestar del campo abrazaba las almas huérfanas del entierro; cuando la torre de fuego iniciaba su llanto.
fue donde petiroja, en su cama de Zeus, marchaba...
canción para un corazón no latente..
canción para un corazón negro y pimienta.
como el ala de un angel, cerraré mi boca con hiedra venenosa sin el un después del te amo.