Juego a ganar en esta guerra fría, regalando besos a tus labios de acento extraño. Bajo la mirada ante tu pregunta directa, ocultando, disfrazada de ternura, la verdad que me consume.
Apuesto mis ojos a unos versos ambiguos, medias verdades a medio escribir, dichas en el momento justo. Voces lejanas llegan a mis oídos para mostrarme lo que no quiero ver, lo que me quita vida para darme conciencia.
Lo supe desde un principio, y sin embargo…
Aprendí a querer en la distancia, a manejarme las ganas a golpe de poema, a beberte en la noche cuando a tu espalda brillaba el sol. Te sentí en mi pecho, en mi alma, te lloré, te esperé hasta que mi cuerpo ya no pudo más.
Ahora camino a tu lado, tomando tu mano, sintiendo tu piel, mas no consigo oír tus latidos. Una extraña soledad me quema cuando tus pasos cierran una puerta. Veo alejarse un cuerpo tan distante como presente, tan ausente como real, y lloro por ver, por oír, por leer, por saberlo desde un principio, y sin embargo…
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