dios mio, que raiz prominente la del ombu que habita la plaza de mi pueblo, parecida a un tuberculo gigante de la phehistoria, a una mano apretando un terron de tierra, a un pulpo con tronco y copa.
fui por mas pinceles, y en la libreria conoci a una clienta habitue de la que me hice amigo de una manera fulminante, la primer sita para conversar de nosotros, fue acordada presisamente,
en la generosa sentadera que brinda la raiz de esta planta, que con el transcurrir del tiempo,
alcanza las pretenciones de un arbol, es un flor de especimen sin dudas.
caballerosamente, a pesar de no contar con dinero alguno, prometi llevar conmigo una bandeja repleta de masas finas de la confiteria la perla de oro y un par de sachetes de jogur bebible de banana, deseamos evocar juntos, las deliciosas sensaciones que quedaron del pasado alli en el paladar,
por el licuado de platano con leche de vaca,
que tanto disfrutamos en la juventud cada uno por su lado.
dimos rienda suelta a la concrecion de esta fantacia en un picnic inolvidable que nunca dejaremos de recordar juntos.
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