-Ya emprendido el vuelo hacia destino lejano
en la hora del adiós, la despedida tierna y cálida
a otros rumbos encamina sus seguros pasos
y el poema nace tranquilo, en la melancólica tarde de abril
- A pasos del cerro y su tierra, de sus colores
y majestuosa postura mirando el mar
los recuerdos se aglomeran, se diluyen, se alejan...
y se acercan con fuerza, al recibir el llamado
al escuchar la voz, donde el olvido no llega
donde la espera impacienta y el abrazo encadena
-Lentamente la tarde cae y las estrellas asoman
como princesas de cuento, bailando, riendo
en la gran pista azul del universo que nos cubre
al mismo instante y a la misma hora
la misma luna, las estrellas, el lucero, su intensa luz
-Pensamientos de ensueño a la deriva, de inseguro eco,
que deambulan por desconocida senda de anhelos reprimidos
de dudas y de llantos, de promesas y destinos no cumplidos
peregrino de batalla, en la esperanza está la vida de la vida
pudiendo destruir o ver nacer en el ahora,
la existencia sincera y permanente del amor y del deseo.
-Cuántos recuerdos guardados...
algún roce furtivo de piel a piel
las miradas...
las miradas se atesoran,
se guardan en el arca sin olvido
y tomando aquel recuerdo,
saber entonces que aún estamos vivos.
Pilef ©
25-06-06
|