No puedo cambiar mi destino,
solo veo oscuridad,
mis sueños ya no son míos,
alguien maneja mis pensamientos.
Pasan imágenes por mi mente
son frías, remotas e incomprensibles.
No siento ya nada
ni amor, ni pasión, ni calor.
Los días me pasan sin darme cuenta,
como el agua pasa por el mar;
no sé de fechas ni de horarios,
solo me concentro en mi soledad.
Porque mi vida, ya no siente,
porque mi cuerpo no recibe calor,
porque mis sueños se desvanecen,
como la frágil luz del candil.
Mis esperanzas quedaron en el camino,
ya no miro hacia delante,
me han truncado el futuro
con lejanas palabras,
con ausentes miradas,
con necias sonrisas.
Porque he pasado la vida
con dolor y melancolía.
Porque el abismo que siento
es tan profundo y voraz
que estoy atraída a deslizarme
por sus vastos senderos
que conducen a la locura.
Quisiera poder salir
para poder ser feliz,
para volver a soñar,
para poder sonreír,
para que la vida me importe,
para sentir el calor,
para que necesite de sueños
para poder saborear
la dulzura del día,
la tibieza del mar,
el fulgor de la vida,
el matiz del amor.
Para que mis sueños lejanos
puedan hacerse realidad,
para que al fin de los tiempos
vivir sea mi prioridad.
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