GULA:
El apetito desordenado e irracional que se apodera de mi ser, que me impulsa a libar de tu boca, a no saciarme de la mirada de tus ojos que me miran sin mirarme, el beber hasta el infinito de ese olor que desprende tu cuerpo cuando estás tan cerca que mi corazón se desboca y se une al tuyo en un latir unísono…
CODICIA:
El afán excesivo de poseer la riqueza del alma que me aporta tu compañía, silenciosa pero cautivadora, alegre pero serena, extraña y la vez tan familiar…
AVARICIA:
El afán de atesorar esos momentos, de no querer compartirlos, de que sean míos y de nadie más, de enterrarlos junto a mí hasta el fin de los tiempos…
PEREZA:
La tremenda flojedad y tardanza de mis movimientos para alargar al máximo mis caricias, el tedio y el descuido con el que efectúas las tuyas para llevarme en un lentísimo caminar hacia lo inevitable…
SOBERBIA:
La altivez de que prefieras MI tacto, MI compañía, MI cama, MI calor, MIS sentimientos, MIS virtudes, MIS defectos, MI ser…
ENVIDIA:
El deseo encarnizado de que TUS labios sean MIOS, que TUS caricias sean PARA MÍ, que TUS ojos no miren a nadie EXCEPTO A MÍ, que SEAS MÍO…
IRA:
Que sólo me causen indignación y enojo tus acciones y tus críticas, que me duela el alma de tanto mirarte y sentirte…
Dicen que pecar está mal.
Para qué cometer siete cuando con uno tenemos más que suficiente.
EL ÚNICO PECADO CAPITAL ES EL AMOR.
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