Texto dedicado al video de "El Alma Al Aire, de Alejandro Sanz, quise hacerle una historia... y aqui esta...
Desconozco mi futuro, pero no mi destino. Tan fácil fue que me citaron a una cárcel, y me encontré con la misma muerte al frente. Era una persona mayor, con lentes y grandes ojos. Llevaba puesto muchos chalecos y una gran chalina. Entonces, los policías me sentaron a su costado donde una cinta de grabación reproducía algunos hechos de lujuria en mi vida.
Entonces el viejo señor me entrevisto, lo primero que dijo fue:

- Ave Maria Purísima…
- Padre… yo se mis pecados, los cometo con mucha facilidad, pero los asumo con mucha dureza. Suspire
- Entonces, sabrás todo lo que paso en tu vida a lo largo de todo este tiempo no? Preguntando con mucha dureza
- Si, padre, si lo se…
- Que bueno, porque para que lo recuerdes, he traído esta cinta donde están todos tus recuerdos. Vas a ver desde que comenzó tu alma a suspirar hasta aquí, donde te encuentras.
- Lo veo, pero aun no lo siento… lo dije mirando las esposas.

La cinta comenzó a correr lentamente cuando mire al techo. Comencé a pensar en todos los actos de lujuria y a todas las mujeres que conocí personalmente. Vi que no me encontraba aquí por gusto asi que comencé a escuchar lentamente lo que la cinta de mi vida decía, y el castigo que me esperaba por eso.


II

Espere las horas en que esta cinta empezara a reproducir lo que yo mismo hice. Y comenzó lentamente a pasar el primer caso que tuve. Fue en mi vida pasada, cuando yo vivía en palacios lujuriosos, y con mucho dinero. Tenia fama, pero no amoríos, tenia títulos nobiliarios, pero no mujeres conmigo. Y simplemente pensé que mi vida era un fracaso, hasta que conocí a la mujer de mi vida por primera vez, pero solo que esta era de un noble caballero de la corte del rey.
Ella comenzó a seducirme y intrigarme mas por una pasión en una noche. Siempre escribía cartas anónimas, pero mi instinto me decía que era ella la que me hablaba. Mil veces lloraba en las cartas y sus lagrimas dejaban marcadas las cartas con las que me ponía el papel. Entonces justo cuando comencé a pensar en el momento el viejo me dice:

- ¿y que paso aquí, hijo mío?
- No lo se padre, yo quise seducirla porque mi pasión me llamaba, pero en si no…. Bueno si fue mi culpa
- Ahhh.. lo sabia, ahí fue tu primer pecado de lujuria
- Bueno… este… si. Suspire brevemente. Aunque sabia que el viejo tenia un historial de mi vida, no sabia bien cuanto mas pude aguantar escuchar esta horrible parte de mi vida.

Y cuando volví a la concentración, comencé a ver que esta mujer quiso besarme por primera vez al costado de su esposo, pero sin que se diera cuenta. Ella comenzó a traerme a la cama, pero yo no quise por un lado. Claro, todo ser humano desea el placer, porque asi queramos ser perfectos, pues nadie lo es… Y bueno pues, trato de seducirme, desvistiéndose lentamente, quitándose la ropa, una y otra vez, cuando uno de los vigías del rey (su esposo), se dio cuenta, y le aviso. Al los pocos segundos, me di cuenta y el rey me encontró con ella en la cama. El rey me miro con una cara muy mefistofélica y pronuncio:

- Tu! Hijo de Satanás, servidor mío, morirás a mi espada cruelmente. Porque ahora te reto a un duelo que seguro perderás!

Yo estaba muy tembloroso, y la mujer se puso a llorar. Entonces, llego el día del duelo. Me prepare para ir y atacar. Pero, el rey me venció de un espadazo y agonice durante un cierto periodo. Después de un rato malo, al escuchar esta parte de la cinta, el viejo se comenzó a reír muy fuerte y dijo:

- Ay, hijo! Muchas oportunidades de ser una persona perfecta, pero las perdiste. Las decisiones pueden causar un problema en la vida a veces. Ella te seducía, pero tu decidiste seguirle la cuerda, y terminaste mal. – continuo riéndose por mucho tiempo –
- Padre, se que perdí, mil veces, pero aquí me encuentro. Además, si estoy aquí es porque supe tomar la decisión mas correcta…

Hubo un momento de silencio, mientras el otro capitulo de mi vida iba a ser reproducido. Yo me encontraba nervioso. Iba a ser sentenciado de por vida, por una decisión que según creo yo “fue la mejor” que he tomado.

III

Ahora me encuentro en el segundo capitulo de mi vida. Fui un pianista, uno de los mas privilegiados del palacio del príncipe de Gales. También fui parte de la corte del rey, por ser uno de los músicos mas prestigiosos.
Iba a salir en concierto en un par de días, pero me encontré en un bar junto con la princesa y me sedujo por un largo rato. Al fin y al cabo le comencé a seguir la cuerda. Y logre llevarla a la cama, debido a su seducción y mi instinto de ser un sucio mujeriego. A la mañana siguiente, nos levantamos rápido, y me fui al ensayo, porque me iba a presentar el día siguiente. Mis dedos y mi cuerpo estaban temblando, porque me había acostado con la esposa del príncipe. Pero no iba a dejar que este estado, me lleve a la banca rota por mi gran puesto en la corte. Asi que toque lo que mejor pude.
A la mañana siguiente, me presente ante el rey, el príncipe y su esposa, el cardenal y los aristócratas y nobles. Nervioso, pero confiado que lo iba a hacer, comencé a tocar la pieza que mas me sabia y mas pulida estaba. Al final a la gente le gusto lo que hice, me aplaudió por mi concierto. Agradecí a la familia real, al cardenal, a los nobles, pero especialmente a la esposa del príncipe. Y ella me llevo aun cuarto, donde estaba la comida y los cocktails. Entonces, ella comenzó a perseguirme, por todo el cuarto, jugando con mi alma. Entonces, la engañe y comencé a besarla lentamente por todo el piso del cuarto. Al final, se escucha una puerta, y el príncipe nos ve en el piso besándonos. Se desespera y grita:

- ¡Maldita sea! ¡Primero te doy todo, la fama y la fortuna, y ahora te acuestas con mi mujer!
- Pero… simplemente estábamos… -Dije nervioso-
- ¡Nada de farsas!¡No quiero oír mas calumnias ni falacias!¡Lo reto a duelo a las 6:30 de la mañana, y se lo aseguro que lo pagara!

A la mañana siguiente, estaba ebrio, pero asistí al duelo. Nos dieron una pistola a cada uno, tome un poco de vino antes de alistarme para mi muerte segura. El juez comenzó a contar los pasos de cada uno, con una fuerza que se resonaba en mis oídos:

- ¡1,2,3,4,5,6,7,8,..9…10! ¡Fuego!


Y el príncipe disparo lentamente el gatillo, dejándome gravemente herido. La princesa, muy melancólica de mi herida comenzó a llorar y el príncipe celebro en el momento su victoria. Pero me volví a poner de pie, y la gente se sorprendió. Y sosteniendo mi pistola, trate de disparar pero me gano el tiro. Otra vez, sorprendentemente, me volví a levantar una y otra vez hasta que ya no pude mas, y comencé a agonizar hasta mi muerte.
En eso se apagó la cinta, y el padre volvió a reírse de un modo satírico:

- ¿Y de nuevo hijo? ¿Perdiste la oportunidad?
- Mi elección siempre va a ser la misma padre. Por eso estoy aquí, esposado al lado de una cinta que tiene mi vida. –Suspire-

El viejo comenzó a reírse desesperadamente de esa parte de mi vida. Y una vez mas comencé a pensar en uno de los últimos momentos de mi vida. El viejo se levanto de la silla con una fotografía, y me la lanzo hacia mi. La foto era muy vieja y era de los 20’s o de los 30’s. Y otro momento de mi vida se me vino a la cabeza.

IV

- ¿Recuerdas algo de esto, hijo?
- Si padre, este momento nunca lo olvidare. Creo que uno de los mejores días de mi vida fue ese
- Ah, parece que si te gusta sufrir. Porque ahí te hicieron pedazos por lo que paso ese día en el bar. Aquella noche…
- Si, fue aquella noche…

Comencé a recordar algo de ese momento. Fue en unas calles de Nueva York, en los años 30’s. Era trompetista de una banda de Latín Jazz. Y justamente ese mismo día se presento Al Capone al bar, junto con su guardia, a buscar algunas mujeres para pasar el rato. Y la fiesta se puso simpática, hasta cuando la vi pasar hacia el sito de Al Capone. Yo la vi, y en ese mismo instante reaccione y deje de tocar para sacarla a bailar:

- ¡Buenas noches mi hermosa señorita, que agradable esta usted! – Exclamaba-
- ¡Gracias, y que guapo esta usted!
- ¡Que tal si la invito a bailar esta pieza y a tomar algunos tragos conmigo! – exclamaba-
- ¡Muy bien! ¿Vamos?

Entonces, Al Capone y el guardia se miraron, y le dije a Al Capone:
- ¡Amigo, préstamela un rato, no te preocupes te la devuelvo enterita! –exclame-
- Pero… oiga… usted… ¡oiga, señor ella es mi dama y mi cita!
- ¡Hagame un favor y sostenga esta trompeta! – y me comence a reir, luego deje la mesa y ellos dialogaron-
- ¡Tu, ya sabes que hacer! ¡Vota a ese “tipejo” de mi vista!
- Si, señor.

El guardia se puso de pie, y muchos golpes comenzaron a sonar. Me agarraron de la espalda, y a patadas me votaron del bar. Lo poco que puedo recordar es, que me tiraron por la cara el sombrero y me patearon una y otra vez. De ahí, regrese en si, y me encontré con el viejo de nuevo. Se paro molesto, y me pego una bofetada en la nuca:

- ¡Que te sirva de lección! Pero ahora viene un castigo peor
- ¿Y cual es ese? – preguntando desesperadamente-

Mire el maletín del viejo, y comenzó a abrirlo. Al abrirlo, habían varios instrumentos de tortura. Uno de ellos era una tijera para emascular animales. Y mi castigo era ser emasculado por ser un pobre y sucio mujeriego, sufriendo a todas las almas que hice sufrir indirectamente, y todas las oportunidades perdidas en mis vidas:

- Bueno, hijo como penitencia, serás emasculado por tus acciones de lujuria
- Asi me toco vivir padre, asi que no me interesaría ser emasculado. – Mirándome a los pies una y otra vez-
- ¿Bueno, hay algo por lo que te sientas arrepentido?
- Si, la muy buena vida que me toco vivir, y las mujeres con las que pase la mayoría de mis épocas. Por favor, prosiga, porque no aguanto mas con estos nervios.

Comenzo a llover, y me emascularon, pero mis gritos no se escucharon por los truenos. Vivi mucho pero no lo disfrute como hubiera querido. Si solamente le hubiera escuchado al viejo y sus concejos no estaria sufiendo de mi pecado, sino estaria feliz de mi vida sin ser un pobre diablo mas de la sociedad.

“A veces, las personas tenemos un montón de oportunidades a partir de nuestro primer error, pero hay personas que no se saben corregir, y siguen en la misma línea como un perro tratándose de perseguir la cola una y otra vez. En vez de tratar de perseguirnos la cola, deberíamos parar, y mirar lo que hay mas allá de una cola, y tal vez tratar de no estar idiotizados en la misma línea”.