Camino seria y a paso veloz y esta siempre revoloteándome, salta y ríe con su pelota. Imagina ser futbolista, se da pases solo, hace piruetas con el balón, lo patea por delante de mi y lo recibe al otro lado, lo pasa entre mis piernas sin entorpecer mi paso, y sigo caminando. Simula voces de multitudes aclamándolo y alza las manos celebrando su jugada. Irradia alegría y me inmunda de su energía. Me mira con su carita de risa y sus ojos destellan inocencia. Su frágil cuerpecito parece de goma, cae, da vueltas y se levanta como si nada y sigue persiguiendo su sueño. Seca de problemas mi mente con el batir de sus alitas y limpia mis heridas con el sudor de su juego. Se me hace necesario como el aire, vital como el agua.