Flota por el espacio que me circunda y el beso que la extraña,
llora impaciente congelado, esperando la tibieza de sus labios,
el sólo sentimiento en que ella vuelva a volar un día, acompañada.
Parece fácil por cómo lo hace ver, una mujer de felicidad,
de alegría enorme, tierna y agradable sombra que baila,
es un suspiro y mi aliento que la acompaña para poder admirarle,
para no olvidar que el amor del que emana tambien me perteneció algún lejano día.
Debo tratar de fijarla en mi mente, porque ella puede volar,
un instante cualquiera y tiernamente desaparecer entre mis parpadeos,
entre mis manos y mis letras que no dan con su imagen
cuando al pasar la reconozco como si la hubiese conocido
desde hace tantos ya, que me parece familiar su hermoso rostro.
Es un arte pintar un óleo con su figura, intentarlo siquiera,
porque cuando siento su mano floto con ella, y soy el más afortunado,
que la conoce de sueños y viajes astrales, aún sin merecerla. |