Por la gran avenida sigo el camino
y con lo que veo no me desanimo,
parejas en la berma en calido beso
y el olor a mierda que llega al seso.

En el trancurso veo la posible realidad,
calles pintadas mostrando falsa vanidad,
al vagabundo con su pacienia al hambre
y algunos perros que sus penas relamen.

El ladrón pasara de nuevo desapercibido,
un guardian lo vera con ojos vencidos,
el cartero se pierde en su propio plano
y sus pies son vencidos por el desgano.

Mientras tanto sólo espero poder verte,
saludarte y continuar el rumbo sonriente
olvidar lo que me mostró tu gran avenida
y recordar el encuentro sin despedida.

Una vez más pude realizar mi cometido
verte en tu ventana de cristal partido
decirte que quiero ser más que tu amigo
y confesarte que cuando veo a un ángel
es cuando a veces sueño contigo.

La gran avenida ya quedará atrás,
mañana la recorreré a trote sagaz
y mirarte sin que me mires a mí
y continuar el viaje solo, pero feliz.