Soy un gran gato huevo. Un gato digamos Milleriano, digamos Henry Milleriano, y ahora que lo pienso, tiene algo de tiempo que he andado así respecto al trabajo. Pero creo que los últimos días me he volado la barda.
Y me vale. Finalmente, no podría renunciar sino hasta después de las elecciones. O igual, nadie es indispensable y entonces podrían darme sin pena alguna una patada en el trasero. Tras alguna parafernalia, saldría con mis alas dobladas bajo el brazo. Qué más.
Pero tal vez esta semana no será, necesito lana y unos pantalones, lana e irme a la montaña, lana y cenar rico, lana y...que frívolo...digo, también sin dinero se arman cosas memorables, eso que ni qué, pero cuando ya te acostumbras a disponerla para lo que te gusta pues bueno. Sé que es una postura bastante conchuda, sí, pero tienen que concretarse algunas cosas primero. Por lo pronto gran parte del tiempo, reviso otras cuestiones que no son de acá.
Tecleo y tecleo, platicando con quien esté en línea. Escribo algo, en tanto saco mi taza para echar un té, me levanto, vuelvo a escribir, minimizo, tecleo, hago un gesto interesante (según yo), me río de las chapulinadas de "A", o de quien sea, eso en realidad a veces no importa, y voilá, todo sale bien. Entre comentarios, saco mis documentos, releó lo que me escriben en los dos foros, contesto, vuelvo a escribir, vuelvo a pensar, me canso, pedorreo y, ja, eso es escatológico pero sí funciona, le echan la culpa a un compañero que saben no siempre tiene buen olor; es un cinismo demasiado ahuevado.
Me sonrío con alguien que (n-álgame Dios) está bueno, aunque estaría mejor con una máscara con cierre, jejejeje, (en serio, no me gustan las máscaras, el ser persona ya es suficiente).
Regreso. No hay agua caliente. Tecleo, sigo escuchando. Tendré que darle la razón a Paris. Horror, pero siendo así estos días, así de huevones. Burocratismo. Já. JÁ. Pues... algo. Aunque acá no tengo de donde sacar lana con alguna mordida, las únicas mordidas son las que I me da y que me dejan marcas. Uy.
Pienso en Henry Miller y claro, ahora parezco una copia pirata. Cuando mandaba a miles de carteros, y no le importaba un pito si éstos llevaban las cartas a su destino, o si las tiraban, o si contrataba a lisiados, judíos,negros, latinos, prostitutas, monjas, etcétera, etcétera. Y estoy en la postura gatunesca. Si me corren, háganlo. Si no, pues no. |