¡Despierta Eleuterio! dijo el general que ya tenia todo en orden para iniciar la jornada del día. Tenia cita con el "generalísimo" para pasado mañana al medo día. Eleuterio se despiertá rápidamente acomodo sus cosas preparo las cantimploras como todos los días, una de agua, una de aguardiente, empezaron la larga jornada, los primeros kilometros las palabras eran escasas el general se dedicaba a reflexionar mirando al horizonte como tratando de explicarse el ¿por que? de algo, que ni el sabia que era.
Mientras tanto Eleuterio pensaba en su familia, y en que pronto acabaría esta lucha revolucionaria. Los kilometros se seguían contando junto con los movimientos solares, en algun punto del camino recorrido se empezaron a beber las "aguas". El general aflojo la lengua y empezó a platicar sus aventuras con el generalísimo, de cómo el y el "generalísimo" habían combatido a 25 enemigos cada uno, un total de 50, estaban rodeados "de pronto nos damos cuenta que solo tenemos 25 municiones cada uno, no podíamos fallar y así fue, tiramos a matar a cada uno de esos malditos" Eleuterio asentía y mostraba una mirada de asombro, auque era fingida pues esa historia la habýa escuchado tres o cuatro veces mas, lo increíble era que cada que el general contaba la anécdota de como atacaba a una decena mas de soldados enemigos.

Lo kilometros seguían acomulandose en las piernas de esos dos revolucionarios, y el sol se iba escondiendo, el aguardiente mermaba en la labia del general, las palabras ya no lograban entenderse, y para Eleuterio parecía hora de terminar la jornada, y de ubicar un lugar donde dormir, ubico un lugar a lado de una roca, que parecía un caballo, Eleuterio observo detenidamente esa piedra y se repetía en voz baja tratando de convencerse que eso era o tenia forma de un caballo, dejo caer al general al césped, dejo todo lo que cargaban consigo, se hecho a reír un rato, se levanto, camino hacia algún punto opuesto, era hora de dejar la revoluciýn pensó, levanto un dedo. ¿Va para indios verdes? pregunto Eleuterio al camion, que estaba lleno de gente lista para ir a su hogar despues de una larga jornada de trabajo, en la ciudad.