Entonces comprendí la inmensidad
de tus contornos
observando tu espíritu cruzado
en la angustia de mis ojos
sin poder verte,
ni acariciar tu callar tímido...
ante mis besos.
Lucho
cansado
para llegar a ti
aunque sé
que cada vez
estás más lejos
casi etérea
como el sueño...
!Tu impresencia, hace que mi mano tiemble!
Texto agregado el 21-06-2006, y leído por 199
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