NUNCA PODRE OLVIDARTE


El surco de mi alma necesita del alba de tus ojos,
Requiere las caricias dóciles de tus manos de seda fina.

Te vi partir en la alborada fría, percibí tus huellas y
Olfatee tu perfume por última vez.
Marchabas meditabunda y opaca de melancolía,
Eso surco más mi alma.

Sentado en la colina rociada por tu aliento a canela,
Bebo mis lágrimas frías y me sentencio mil cadenas perpetuas.

Recuerdo visiblemente las noches taciturnas que besaba tus
Labios de hielo fresa, me resfriaba de ellos a veces.
De aquellas noches sombrías donde debatíamos de
Amores y literatura, de esas penumbras de pasión;
Pero esas noches se grabaron en un espacio grave
De mi última neurona.

Nunca podré olvidarte.

No recuerdo haber escuchado tu voz después de mi voz,
Quizás expresaste un adiós o un te quiero.

Hubiera deseado morir en el frió de tus labios.