Ella tenia problemas, pero los ocultaba.
Ella no fumaba, pero tosia sangre.
Ella decia que no tomaba, y las botellas se multiplicaban en la casa.
Ella estaba sola.
Ella tenia un esposo ausente.
Ella vivia de la madre.
Ella era madre primerisa a los 37 años.
Ella era Psicotica.
Pero podia ser buena madre, podia criar a su hijo de un año. Podia seguir amamantandolo. Podia seguir bañandolo. Podia preparale la cuna. Lavarle la ropa.
Podia maltratarlo y sin embargo no lo hacia.
Era buena madre, o eso era lo que se decia cuando estaba ingiriendo la octava pastilla contra la migraña.
Habian dias en los que juraba que la cabeza se le hinchaba de sangre y el ojo izquierdo le temblaba.

Hoy es invierno y la helada empaña los vidrios. Las paredes comienzan a despedir olor cuando los hongos de humedad seden al calor del calefator.
Ella tiene una bata sucia, olor rancio, pelo engrasado y a su bebe en brazos. Meciendose como automata en una banqueta incomoda. El cuarto desordenado. Ropa por doquier, pelusa, zapatos embarrados y un gato flaco durmiendo sobre la cama.
La tele prendida iluminaba a la mujer que miraba a su hijo dormir en brazos, mientras esos mechones de pelo mugriento le colgaban tapando su cara.

El bebe dormia.
Ella movia la boca.
El se desperto.
Hora de alimentarlo. No tenia ninguna intension de exponer sus pechos desgastados, lastimados, succionados por aquella criatura.
Ella dejo al nene sobre la cama; cerca del gato, y camino como un zombie hacia la cocina.

En la cocina de azulejos blancos engrasados, dominaba un luz amarillenta que lastimaba la vista y un añejo olor a carne quemada.
Eran mas de las diez de la mañana, y ella fumaba apoyada contra la mesada, mientras que hervia leche y tomaba un antiacido.
La leche hirvio, aplasto el cigarrillo en la mesada de marmol y cargo la mamadera tivia hacia el cuarto.

Alzo al chico, y cuando este hizo contacto con las primeras gotas de leche, grito desesperadamente. La leche hirviendo le quemaba los labios, sacandole manchitas rojas al rededor de la boca. El bebe chillaba y la madre lo apreto contra su pecho, mientras que decia:
_Shhhhhhhhhhhh¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡.

El bebe seguia llorando, enrojecido. Ella perdio su mirada en el televisor encendido. Afloraron los residuos de las pastillas, la resaca del alchol. Su marido ausente.
Violaciones, desprecios, su primer aborto. Ver morir a su padre. El sonido mecanico del reloj. La vida que nunca tubo. El bebe chilllando con la boca quemada.
La leche deramandose en la alfombra sucia, su cara molesta por el pelo. La nicotina en la sangre, el humo en los pulmones. Su utero dañado.
El bebe. El bebe. El bebe. Llantos. Alucinaciones. Dolores estomacales. Antiacidos con savor a cereza. Alcohol. Alcohol.

_Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡.
Ella grito como una desquiciada y teniendo a su hijo de un año en brazos, lo estrello contra la pared. Con toda la bronca, rompiendolo como una copa fragil, escuchando sus pequeños huesos romperse contra el empapelado.
El bebe cayo como una bolsa de basura y quedo tendido en el piso.
El gato se desperto.
Ella quedo petrificada, mientras que la sangre se agolpaba en su cabeza.

Ella quedo parada hasta que la mañana comenzaba a morir.
Hasta que los vidrios se desempañaban.
Para despues ir en busca de un cigarrillo.