X piensa que la vida es caprichosa. Está sentado en un sillón viejo ubicado en el centro de un cuarto tapizado de libros. Siempre afirmó ser escritor, aunque no ha publicado nada, ni publicará. Alguna vez fue músico, pero la falta de licencia de manejo, y de auto, fue un argumento en contra, muy en contra para poder ganar dinero. Por eso decidió convertirse en escritor, porque el escritor sólo necesita de sus ideas, ideas que se pueden transportar a cualquier lado, sin la necesidad inmediata de un auto. El escritor se alimenta de la gente… y la función es gratis. El que dedica su vida a las letras dedica su tiempo a reflejar la vida de los otros, se transforma en servil espejo bípedo de lo que le rodea.

Ahora está solo, inconforme, desconocido, enfermo. Es un espejo bípedo de su propia desgracia. No, hace tiempo que no escribe, sólo observa pasar la vida, sin tomar nota ¿Para qué?

Olor mohoso de libros, de cafés olvidados, de alfombra sucia…