Hoy voy a contarles una historia, que aunque parezca novela es una historia verdadera, y no solo es real sino que además es una bella historia de amor...
Los protagonistas
MIS ABUELOS.
Corría el año 1880 cuando en un pueblito de Galicia nace esta historia con la llegada al mundo de Matilde Rodriguez y Alberto Gomez.
Como ocurría en los pueblos se conocían todos y estos dos personajes compartieron su niñez, llegando a la adolescencia perdidamente enamorados uno del otro, hasta aquí pareciera una simple historia, pero pasado el tiempo está por estallar la guerra en Europa y mi abuelo que no quería saber nada con la milicia escapa hacia América, desertando como soldado de su patria y arribando a Argentina, dejando atrás sus sueños junto a su amada Matilde.
Mi pobre abuela quedó sola y no era bien visto en esos tiempos que una mujer anduviese sin un hombre por la vida, fue obligada a desposarse con un caballero de muy buena reputación en el pueblo de apellido Alvarez, quien no resultó ser tal caballero y no hizo honor a su buena reputación, puesto que obligaba Matilde a trabajar como ama de leche (amamantar a los hijos de los ricos) para la manutención de sus vicios, de esta unión nacieron tres hijas
Selva, Elba y Carmen.
Mientras tanto mi abuelo al enterarse del casamiento de mi abuela, despechado contrajo matrimonio con una pobre mujer, de la cual no tengo noticias, con la cual no tuvo hijos y que falleció de tuberculosis un año después de contraer nupcias con él (cabe decir que nunca más volvió a casarse hasta....)
Alberto trabajaba de motorman (pica boletos en el tranvía a caballos, todavía conservamos el silvato Made in England que el viejo le obsequió a mi hijo su viznieto).
La pobre Matilde cargando siempre con sus tres hijas y con ese marido que la explotaba, iba y venía al antojo del Sr. Alvarez, pero jamás dejó de pensar en Alberto.
En unA de las tantas excursiones que programaba su marido para mantenerla ocupada mientras él contaba dividendos, viajaron a Argentina con tal buena suerte para mi abuela que al Sr. Alvarez le dio un infarto y cayó desplomado en el suelo abandonando este mundo y dejandola viuda, con tres hijas en un pais donde no conocía a nadie, (en realidad conocía a mi abuelo pero no sabía de su paradero).
Es así que Matilde iba un día por una calle toda vestida de negro (luto) por la muerte del que fuera su esposo, y Alberto la divisa desde arriba del tranvía, comienza a gritar su nombre como loco - Matilde, Matilde, Matilde- hace frenar a los caballos lanzándose del móvil y abordando a mi abuela que no podía creer su presencia ante sus ojos.
Se abrazaron en el medio de la calle y esta vez Alberto no permitió que ella regrese a España.
se casaron y de esa unión nacieron otras tres hijas Matilde, Clara ( mi mamá) y Angélica, tuvieron momentos muy duros que atravesar pero llegaron juntos a una vejez tranquila rodeados del afecto de sus hijos y nietos.
Mi abuela falleció a los 85 años y mi abuelo la siguió unos años despues. Con esto quiero contar que cuando el amor es verdadero, no conoce fronteras, ni tiene límites de tiempo, y el destino se encarga de juntar a dos que se aman y que nunca dejaron de hacerlo.
Elvira Castro |