Sobre mi vientre, en el piso y otros en el escritorio
agonizan trescientos ochenta y tres papeles
con un interesante contenido:
poemas muertos
escritos por un poeta vivo.
Todos arrugados e inmóviles
expresando hirientes sentimientos
en un lujurioso silencio
que incita a levantarlos
y leerlos.
Opacado el silencio fue
por el poeta vivo
triste y vivo que ordenó
que las palabras de los trescientos ochenta y tres
se apaguen
y que griten a una sola voz
nada más que un solo pedido:
la muerte.
Poeta vivo de poemas muertos
opacador de silencios
y tirano maldito
supera el miedo al rechazo
y a la burla erótica de muchos
y aprende a aceptar al fin
el tibio aplauso de pocos.
Poeta vivo de poemas muertos
que tu miedo se transforme en crítica
y que grite
una vez más,
que los trescientos ochenta y tres formen sólo uno
un poeta vivo
que te formen
y se unan,
que se junten
y que griten y critiquen
y que hieran
y que vivan
los silenciosos poemas muertos
de un triste y cobarde poeta vivo.
Texto agregado el 19-06-2006, y leído por 136
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
13-07-2006
mierrrda, muy muy bueno ah!! excelente brunetespinete
19-06-2006
Cuanta sensibilidad!!!!Dales vida, esta en tus manos!!***** Ciiara
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