©“SI EL MUNDO ME DEJARA”

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(Tacna - Perú)

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Si el mundo me dejara, no sonreiría al falso sentimiento de los hombres cada día.
Si el mundo me dejara, gritaría al ancho cielo que la quiero y soy feliz.
Si el mundo me dejara, tal vez entendería la enseñanza del último y más pequeño.
Si el mundo me dejara, no callaría, te vería a los ojos y escucharías un...
Si el mundo me dejara, viviría de versos bucólicos, frente al sol de la mañana.
Si el mundo me dejara, aprendería esta lección de amor, al decirte adiós.
Si el mundo me dejara, el niño que hoy llora, creía en la esperanza.
Si el mundo me dejara, perdonaría mi propio error y te diría “ven conmigo”.
Si el mundo me dejara, daría paz a los farsantes y corazones vengativos.
Si el mundo me dejara, hoy estaría allí, respirando en tu pecho blando de almohada.
Si el mundo me dejara, si el mundo me dejara... ¡No me dejes nunca!

Si el mundo me dejara, soñaría una imagen feliz para grabarla en toda mente.
Si el mundo me dejara, no andaría por el mundo con la voz ahogada, y el brazo indolente, mirando sólo las buenas intenciones.
Creería en la amistad y perdería a todos los que quiero, que aún con el daño causado, he querido.

Mis fuerzas serían para la madre amante de sus hijos y para el loco enamorado que sin importar nada, se entrega en cada beso.
En el fiel sentimiento que siendo humano, es perfecto y único.

La vida se debió dibujar en un círculo. ¿Sin comienzo y sin fin? Uno grande para que entren todas mis locuras, y pequeño para no borrar mi propia simpleza. Dorado, para recordarme otro amanecer contigo, profundo como todo buen amor que toca el fondo del alma.

Si el mundo me dejara, no me importaría nuestras diferencias, amaría las coincidencias que nos dejó la vida y pediría encontrar otras para poder compartirlas.
Si el mundo me dejara, odiaría la envidia que habita en los ojos ajenos y echaría a tierra las paredes de la hipocresía.
Si el mundo me dejara, lograría la armonía tan soñada bajo la luna reflejada en el mar, al son de unas cuerdas profanas que me permitieran seguir latiendo.
Cantaría, si el mundo me dejara tener voz.

Si el mundo me dejara, nadaría con la fuerza de los brazos, en las olas de la vida, cuando la recuerde.
Si el mundo me dejara, recuperaría el aliento, al luchar la batalla contra la muerte, cuando caigan todos los cascos de los hombres y Dios perdone los pecados.
Si el mundo me dejara, escribiría con suspiros un poema a mi mujer de poca fe, solitaria, alegre y oscura. Eterna luchadora y vocera del respirar, incansable hembra de la vida.

Si el mundo me dejara, desnudaría la inútil mentira que eclipsa la verdad al mundo, sin esperanza y sin Dios.

Y porqué no también...

Pensaría en ti y creería que el sueño fue real.

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Tacna, 17 junio 2006