Es divertido ver lo que podemos hacer por no estar solos. Sonreír cuando en verdad nos sentimos tristes o salir al mundo cuando lo único que queremos es el abrazo de una persona. Caminar con personas incapaces de decir te quiero, tal vez por miedo, tal vez por temor a estropearlo todo o por curiosidad de saber lo que perdera de hacerlo.
Sin embargo, sus palabras me hacen sentir presente, como si de algo valiera estar en un sitio a esa hora. En ese sitio a esa hora.

Es increible las cosas que se pueden hacer para no sentirse solos y no afrontar la realidad. Sonreír, caminar, conversar con gente como si sólo fueran viejos amigos... sin importar si es verdad o no. Sólo estas evitando volver a tu casa, cerrar la puerta y darte cuenta que sólo tu estás allí adentro... pero, ¿qué puede ser más interesante que enfrentarlo?