Las ambiciones egoístas,
se han tragado los valores,
de quien fue amigo y hermano,
ha costados algunos utensilios,
y algunos rumores para justificarse.
La angustiosa obesidad
de llenarse hasta hartarse,
sin saborear, ni degustar,
los deleites de la vida,
para luego enlodarse,
en lo infra humano,
como puerco…
II
Una mujer despechada,
alimentando su masoquismo,
con fábulas de pobre mortal,
se arrastra tras las sombras,
orinando como perra,
su territorio perdido.
La blasfemia locuaz,
con lengua bípeda,
se escapan gotas de ponzoñosas,
que caen sobre su calzado,
envenenando sus pasos,
donde muere la tarde.
III
El hijo de la blasfemia,
sin padre enamorado,
del ex de su madre ,
se siente traicionado,
por que ya no tiene sueños,
que le masturban su mente.
Se acicala su cabellera punkye,
como vieja solterona,
para tener notoriedad,
tras las paredes de su casa,
se viste con la ropa intima de su madre,
reprimido se abalanza sobre la sociedad,
como macho solo de postura.
IV
Tres personas batrizal de calzado,
marcan con barro su notoriedad,
reflejo decadente del asco de no quererse,
buscando confirmar su aceptación,
de donde se rechazan ellos mismos
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