Me alcanza el viento con su fuerza,
quiero mecerme en su regazo otoñal,
pero en cambio, viajo en el ocaso,
exhausta de tanto pensar.

No se me permite ser acariciada,
y mojada, con el barro mas allá de mis hombros, permanezco…

hasta cuando y porque?.

Ya me agarró el invierno,
y quiero decir que no me lo aguanto, no puede ser
que hombres y naturaleza no entiendan,
tan solo una chispa sobre la madera húmeda…
y nada, nada.

Eso es!… nada,
ni con un milagro su madera volvería a arder.
Y el viento aunque sople, sólo dispersará el humo de lo que no es.