La Última Gran Cacería
El amanecer llego tal como todos los días, pero esta vez los rayos de sol que ingresaban por la cueva no eran tan calidos como los demás días, con la llegada de las luz todos fueron despertando, uno a uno abrieron sus ojos, y dieron grandes bostezos, en los cuales se podían notar sus colmillos blancos y afilados, unos mas afilados que otros, pero los lobatos todavía no llegaban a tenerlos como los lobos mas viejos. Todos en la manada giraban en torno a Mama Loba, como todos la llamaban, en realidad era la madre de solo unos pocos pero se había ganado el titulo por ser la mas antigua dentro de la manada. En la mañana salieron como era de costumbre a recorrer el bosque, unos en busca de algún alimento para desayunar, los mas pequeños fueron a jugar como siempre, en donde simulaban peleas de lobos grandes, o como atrapar a una gran presa para llevarla al hogar, para que así cuando eso sucediera todos notaran que ya había crecido y se habría convertido en un gran lobo, ya merecedor de ser parte de las asambleas de la manada. Llego la hora de almuerzo, Koshua, el lobo encargado de conseguir el alimento para ese día había logrado una gran presa muy temprano por la mañana, fue el primero en despertar, con la agilidad que lo caracterizaba, paso por entre todos los demás lobos mientras aun dormían y ninguno se percato de su presencia. Luego se dirigió hacia el bosque y se adentro a través de los matorrales, camino por lo menos 1 hora para llegar al lugar que ya había elegido la noche anterior, era el manantial al cual iban a beber agua algunos animales. Koshua se preparo y ataco a su presa en un abrir y cerrar de ojos. Todo estaba listo, solo le quedaba volver con la comida a la cueva. Después de comer, los lobatos se dirigieron junto a Wañie a un claro en medio del bosque, para enseñarles acerca de las leyes que regían a la manada y las ceremonias importantes que ocurrían al interior de estas, mientras tanto, en ese mismo instante los lobos mayores preparaban la ceremonia que se llevaría a cabo esa noche.
Las reuniones de los lobatos siempre eran una mezcla de juegos y reflexiones, donde la mayoría de los pequeños lobos solo se interesaban por los jugueteos. La ley de la manada siempre era una de las cosas básicas que debe saber un integrante de ella, esta se enseña cuando los lobatos ya son capaces de hablar y caminar. Es casi una necesidad básica que deben aprender. Esa tarde el tema del cual trataba la reunión era acerca de la Ultima Gran Cacería, la cual seria llevada a cabo por Mama Loba, muchos de los pequeños se preocuparon por la gran cacería, ellos sabían que mama Loba ya no era ágil como antes y ahora estaba mas en la cueva traspasando toda su sabiduría a los demás integrantes de la manada. Pero Wañie les explico que como en todas las cosas, uno debe ir superando etapas para así poder continuar creciendo, por lo tanto la ley de la Manada también tenía sus propias etapas.
El día transcurrió con rapidez, todos realizaron las tareas que se les había asignado, cuando el sol comenzó a ocultarse por detrás de las montañas nevadas, la oscuridad empezó a cubrir el bosque, pero no lo hizo por completo, ya que esa noche había luna llena, la cual se encargaría de alumbrar a la Ultima Gran Cacería.
Primero todos los lobos se reunieron alrededor de la Gran Roca, en la cual se hizo preparación a la cacería, en la cual todos le desearon mucha suerte en su cacería a Mama Loba. Una vez terminada la asamblea Mama Loba abandono el circulo en el cual estaban todos y se dirigió hacia el bosque a su Gran Cacería, mientras avanzaba podía escuchar los aullidos de todos los lobos de la manada, los cuales entonaban la canción de los lobos que se dirigen de caza.
Mama Loba iba muy contenta por todo el cariño y aprecio que demostraban los demás lobos hacia ella, por eso mismo eso la ayudaba a estar tranquila mientras caminaba por el bosque dirigiéndose al lugar donde se cazaba. Al llegar, logro divisar a un gran animal, el cual se encontraba comiendo un poco de pasto solitariamente. No había nadie mas alrededor, esa era la presa perfecta para cazar, si bien se veía que era ágil no seria muy difícil de alcanzarla. Mama loba se puso en posición, se arrastro unos pocos metros entre unos pastizales, luego muy silenciosamente y con toda la experiencia que tenia se acerco sigilosamente a su presa, ésta alcanzo a olerla cuando Mama Loba estaba a unos pocos metros, trato de huir pero no logro de correr mas de 5 metros, para cuando quiso seguir corriendo Mama Loba ya lo tenia tomado por el cuello y no lo dejaría.
Luego de terminado esto, Mama Loba se sintió un poco agotada, por lo cual se dirigió con su presa hacia un riachuelo que corría en las cercanías. Al llegar al riachuelo comenzó a beber un poco de agua, la cual era fría y refrescante a la vez. La noche era muy clara, la luna llena iluminaba y daba un toque de hermosura al bosque. Luego de beber el agua, se recostó a descansar por un momento, aprovecho de contemplar las estrellas las cuales parecían alumbrar con más fuerza, se podían ver todas las constelaciones, y era posible ver cada una de las estrellas que adornaban el cielo, desde la mayor hasta la más pequeña. De repente Mama Loba sintió que se acercaba alguien y se puso de pie inmediatamente, para su sorpresa era un lobo viejo, de aspecto familiar, pero en ese instante no podía recordar quien era. El lobo no venia solo, estaba acompañado de mas lobos igual a èl, en su gran mayoría eran lobos viejos, pero para ser viejos tenían un muy bello pelaje y unos blancos y grandes colmillos. El lobo que apareció primero, el que le resultaba mas familiar se le acerco a Mama loba y le pregunto para quien era la presa que había cazado ahora en la noche. Ella no supo que responder, sabia que la Gran Cacería era una tradición pero, no sabia que debía hacer ahora, entonces todo cobro sentido y les dijo – esto que he cazado es para ustedes- y les dio la presa. El lobo viejo le dijo – muchas gracias, ahora si quieres puedes venir con nosotros a compartir de esta comida-. Mama loba comenzó a caminar con ellos y se dirigió hacia un nuevo bosque, a un bosque al cual nunca había ido y a medida de que avanzaba se sentía mas tranquila y mas contenta porque sabia que estaba llegando a su nuevo hogar. Cuando salieron de la espesura, todo se fue aclarando, era un bosque bello, con riachuelos que corrían por los alrededores, muchos árboles, arbustos y flores, mucha luz del sol y muchos prados verdes. Ahora las caras de los lobos eran más familiares, la cara del viejo lobo que se acercó esa noche era la de su pareja, el cual había partido hace un tiempo a su cacería, pero ahora estaba ahí, junto a ella nuevamente, la otras caras eran la de los viejos lobos que años atrás ya habían salido también en el mismo ritual y ahora estaban acá con ella, todos juntos, todos viviendo como una gran manada nuevamente, todos juntos para seguir con una nueva vida.
Jose Miguel |