Acabo de llegar de la calle, y cuando ingrese a mi casa estaba mi hermana, mamá, cuñado, sobrinas, perro, cucarachas, olores, mesas, todo, todos estaban allí, esperándome, como se espera a alguien a quien se le debe de dar la noticia de su propia muerte. Nadie dijo nada y lentamente cada uno de ellos salió de la sala como sombras a través de las paredes iluminadas por la luz de mis ojos, quedándome solo, totalmente solo con un plato de comida, ni siquiera el perro, gato, ni las cucarachas me acompañaron, solo, como dije antes, y, así, solo, me senté en la mesa y vi que todo mi plato estaba lleno de papeles escritos, hecho picadillo. Cogí un trocito de papel y vi que eran todo los papeles de mi novela, la novela que estuve escribiendo durante más de tres años. No supe qué hacer, o si gritar, matar, salir, escupir, orinar, romper todo lo que había alrededor, no supe qué hacer y, como sintiendo que lo que debía de hacer era hacer algo diferente a lo que hacen las personas al ver que los seres que ama son las personas que mas lo odian, sentí hacer algo original, único, y lo que hice fue comer, me puse a comer todo lo que estaba en el plato de la mesa. Le eché sal, pimienta, cebolla, ají y un poco de lechuga, para que se vea adornado. Lo comí, y, la verdad, no estaba tan mal de sabor ni contenido... Eran mas de tres años de letras, escritas lentamente, con tanto sufrimiento, insomnio, pasión, imaginación, tantas cosas de mí entregadas como quien se desangra por alguien que ama que me gustó, me extasió en demasía, y, desde aquel día decidí que debía nutrirme de todo lo que creaba y me inspiraba... Por supuesto que me llevaron a un loquero y no salí jamás, pero ya no importaba, al fin había terminado mi obra maestra y la había disfrutado, por supuesto que nadie pudo entenderlo… cómo podrían entender mi manera de ver las cosas si nadie estaba mirando ni sintiendo lo que me ardía por dentro de mí. Mi locura era agradable para mí y para nadie más. Mi manera de ver las cosas era abanderada, tenía un solo curul en mi palacio de oscuridad y locura, pero, para uno que es creativo, esas cosas suelen suceder, uno escribe y escribe, y nada mas, no espera que el cielo se abra, la noche se oculte y broten tras las faldas de la vieja bruja de las sombras, demonios ni ángeles, ni nada de dioses esenciales, nada. Uno es como dios para uno, y así, sólo así, pude entender que todo aquello que vive es algo que crea a través de su ser, carne, pensamientos, manía, y que no era como la locura de los demás, ni el amén de los demás, nada de eso, todo era nuevo como las hojas que soñaba en donde escribía la verdad, así, con toda su crudeza, como el plato de hojas de papel partidas en trocitos iguales, y, así, solo así, pude entrar al mundo en donde nadie puede entenderse ni entender a nadie mas que uno, tan solo a uno por uno, y, uno por uno que es uno... un trocito de papel escrito en una noche alumbrada por un foco de luz que acompaña las letras de todo aquel que desea leer esto… |